La Nueva España de Siero

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Vicente A. Montes Álvarez

“Primi” y su recompensa

La calidad humana de un hombre excepcional también como músico

Hace tiempo me comentaba un conocido poleso que el Ayuntamiento debiera crear una figura para reconocimiento público a personas con trayectoria dirigida hacia la mejora de la vida de Siero. Hablaba de algo así como “Sierense de Honor” y abundaba ilustrando con personas y diciendo que quedaban en el más puro olvido institucional. Uno de esos sierenses sería Primitivo García, “Primi”. No hay nadie que no valore su categoría humana y, desde luego, su vocación musical era excepcional. Mencionaba cómo había acompañado a artistas de renombre cuando en sus inicios tuvieron actuaciones en Asturias Raphael, Julio Iglesias, Luis Aguilé... Los instrumentos de viento no tenían para él secretos y su dedicación a la Banda de Música fue integral.

Valoraba extraordinariamente a Ángel Émbil por sus primeros aprendizajes. Luego él mismo enseñó a muchas de las actuales personas que integran la Banda de la Asociación Sierense de Amigos la Música. Cuando se formó el coro de Siero Musical que dirigía Antonio Martínez, colaboró ayudándole en la dirección y trabajando sin descanso y con infinita paciencia con el grupo de tenores. Quienes lo conocieron saben de su bonhomía y su espíritu de ayuda a los demás, que le llevó a ser voluntario de Cáritas los últimos doce años.

Muestra del impacto personal que producía en las personas que pasaron por la Banda es que Javi Fuego, cuando estaba fuera de Asturias, si venía unos días, una visita obligada era a Primi. Creyente convencido, seguro que Primi no aspiraba a ningún reconocimiento aquí . Su recompensa será la vida eterna.

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