Ya que desde hace unos meses me suelo asomar cada domingo a su ventana y que a finales de la semana entrante se celebra la Navidad, me veo en la obligación de escribiros unas palabras sobre la noticia que desde hace 2021 años más ilusión y esperanza ha concitado y concita entre los humanos, que buena falta nos hace, no libre, a veces, de cierta melancolía, nostalgia. Y es que en Belén, de Judá, en un cobertizo, cuadra, cueva o parapeto , arropado por sus Padres,  un buey y una mula, nace el Salvador del género humano, Jesucristo, y desde ese momento el mundo tiene una luz , un camino, un fin , que no es otro que llegar a Sion, a la Casa de Padre, y , como buenos y abnegados hijos suyos, disfrutar de su amor y compañía.

Como todos los años, los preámbulos no están exentos de polémicas estériles, provocadas por atrevidos intolerantes que quieren reescribir el pasado y dirigir el futuro, como recientemente la comisaria europea Helena Dalli, Comisaria para la Igualdad de la Comisión Europea, al proponer no mencionar la” Navidad” y hablar de “Fiestas”, intento que no fraguó gracias a que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, frenó rápidamente la tentativa. En Siero, afortunadamente, el equipo de Gobierno no ha entrado en polémicas y ha colocado en el balcón del Ayuntamiento el letrero y deseo de una “Feliz Navidad” e idéntico mensaje aparece a la entrada de Pola según se viene de Oviedo. No son los únicos letreros que engalanan sus alturas: así en la fachada del Bar Belarmino, en la calle Celleruelo, aparece el clásico y certero letrero de “Salud, Paz y Felicidad”, y en la plaza de Europa, el genérico de “Felices Fiestas”.

Este año en el que todos queremos sacar de las dificultades, oportunidades, comerciantes y Ayuntamiento se han puesto de acuerdo para mejorar y dignificar el alumbrado navideño y generar ilusión, alegría , ganas de vivir y si se puede de gastar, siempre que la pandemia lo permita. Belenistas de Siero, Asturias y León , bajo el impulso del dinámico y entusiasta Juanjo Domínguez Carazo, toman la Plaza de Abastos para presentar sus tesoros y colecciones en la VIII Exposición de Belenes del Mundo en Memoria de don Juan Manuel Rodríguez Díaz , que año tras año nos sorprende con nuevas y originales aportaciones; mientras que, en la Iglesia de San Pedro Apóstol, delante del altar, las imágenes de medianas dimensiones de San José y la Virgen dirigen sus miradas inquietas hacia la cuna de paja, vacía, del niño, en la tensa espera de que llegué el día, el gran día, en el que todo un Dios se hace hombre para salvarnos.

No sé qué tiene la Navidad, que no deja indiferente a nadie, y cada cual la celebra a su manera, con o sin Evangelio, misa o sin misa, sidra espumosa, cava o champán, con picadillo, cordero, pollo o langostinos, centollu…  Con alegrías y con penas, y a ser posible en compañía de los suyos que es lo más importante que uno tiene, y esa cena o cenas son el recuerdo que perdura  y que siempre nos acompaña antes de empezar una nueva y notar y sentir las ausencias y huecos que dejan el paso de los años. La Navidad no deja indiferente a nadie, el más insensible hace balance , de ahí que algunos la teman, les ponga nerviosos y les recuerde incumplimientos, olvidos, dejaciones;  y es que uno debe coger el timón de su vida y llevarla a buen puerto; darle sentido.

Pero en Siero siempre que se habla de Navidad hay un nombre propio: don Belarmino García  Roza, el capellán de la Residencia Nuestra Señora de Covadonga, que nos dejó una obra de gran valía e importancia artística y catequética: su Belén.  Este año, cuando se cumplen treinta años de su fallecimiento – ocurrido el día de Navidad de 1991- en “Carrusel-radio” se escucha el villancico que tiene a don Belarmino como protagonista y que se titula “El Belén de Belarmino”, buen anticipo para encarar la Navidad en Siero. No vendría mal que la visita al Belén de don Belarmino - con las precauciones a que obliga el covid- se culminará algún día con un buen certamen de villancicos, ya que tenemos cerca el Auditorio.

Son muchos los millones de luces que están encendidas para recibir y acoger al Niño-Dios, pero lo más importante es que alumbre la luz de mi corazón, y es que como muy bien dice la belenista sierense Nuria Canga, “En una noche muy negra / tan negra como el carbón / el niño Jesús nació / y a todos nos iluminó”.

“Hoy os ha nacido en la ciudad de David el Salvador, que es el Cristo o Mesías el Señor nuestro” (Lc. 2.11).” Gloria a Dios en lo más alto de los cielos, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad” (Lc.2.14) .No quieras para otro lo que no quieras para ti. ¡Sé feliz! , para ello solo se necesita una buena dosis de amor, de amor del bueno, del que da sin recompensa, sin compensación, del que es todo entrega, donación.

                                     ¡Feliz Navidad 2021!

                                 

P. D:   Pido disculpas porque en el artículo anterior al hablar del problema demográfico que se avecina,  cometí el error de decir que las personas fallecidas en 2020 eran más de un millón cuatrocientas mil, cuando el número de fallecidos era de más de cuatrocientas mil, concretamente 493.776. El número de personas nacidas era de más de trescientos mil, para ser exactos 341.315 . Aún así la diferencia entre fallecidos y nacidos arroja la importante y preocupante suma de 152.461 personas. ¡Perdón!