La Nueva España de Siero

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Ricardo Junquera

El ataque del loco

El ajedrez y la crisis del PP

Los aficionados al ajedrez sabemos que hay un tipo de jugadas muy malas que, sin embargo, a veces producen un buen resultado. Yo lo llamo el ataque del loco. Lo explico mejor con un ejemplo que me ha ocurrido en la misma noche en la que escribo esto. Partida de ajedrez rápido, tres minutos para cada jugador, en la plataforma de internet “lichess”. Durante la partida llego a una posición muy mala para mí. Se me ocurre una de esas jugadas suicidas y amenazo a la dama rival con una de mis torres, pero sin que esa torre esté protegida. Es decir, el rival puede tomar mi torre gratis con su dama y adiós partida. Pero, en vez de hacer eso, como en las partidas rápidas muchas veces juega más la mano que la cabeza, pues mi contrario se asustó y, en vez de tomar mi torre, retiró su dama a otra casilla y me dejó con una posición claramente superior. Acabé ganando.

Es fácilmente observable que esto mismo que he explicado ocurre en otras muchas situaciones de la vida cotidiana. Un mal paso, dado con la prosopopeya y el énfasis oportunos, puede acabar siendo algo netamente ventajoso para su autor. Es lo que hay.

Pero no siempre. A veces, el efecto de ese mal paso o de esa mala jugada supone el final de nuestra partida. Quizás algo así es lo que esté pasando estos días con el lío que se ha montado en el Partido Popular. Y es que no siempre la dama se asusta y se acaba retirando. A veces, toma la torre que estaba sin proteger. Y se acabó la partida. Game over, rapacín.

Ideologías políticas aparte, creo positivo que ese ataque se haya producido cuando quien lo ha hecho aún no ha llegado a ostentar cotas importantes de poder efectivo. Quien lo hace una vez es capaz de repetirlo, y los tiempos no hubieran estado ya para más ataques de ese tipo. Esta partida que estamos jugando entre todos creo que ya no soportaría más aventuras en búsqueda del poder. España tampoco. Creo que no.

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