Seguro que los transportistas están sobrados de razones para hacer huelga. Sus argumentos sobre el precio de los combustibles los compartimos quienes nos acercamos estos días al surtidor. Se nos dice que el 50 por ciento del precio de la gasolina son impuestos, lo que hace inclinar la balanza de la animadversión hacia la Administración y eso no es totalmente cierto.
El Impuesto Especial de Hidrocarburos es una cantidad fija que se establece por cada 1.000 litros, no porcentual, y que supone algo menos de 50 céntimos por litro, esté al precio que esté el combustible. El IVA sí es porcentual y ayuda a subir el precio. A estas alturas todos reconocemos la necesidad de los impuestos para que el Estado funcione, pero en esta situación no es correcto que la Administración colabore en el encarecimiento.
En enero, presupuestos del Estado flamantes, en cada litro de gasolina, por IVA, se recaudaban unos 26 céntimos. Ahora son casi 32. Para no descompensar ingresos al Estado, podría establecerse un impuesto fijo de 26 céntimos por litros y prescindir del IVA y eso denotaría, de entrada, buena voluntad mientras se estudian otros procedimientos. Los profesionales del transporte y los taxistas pueden solicitar una devolución parcial del Impuesto Especial de Hidrocarburos, que supone casi 5 céntimos por litro, con lo cual el precio para ellos supondría unos 11 céntimos menos. Todavía carillo... Parece que a finales de mes nos dirán algo sobre el precio del combustible. Esperemos que sus números sean mejores que estos y que los profesionales del volante puedan trabajar para vivir y no vivir para trabajar.
