La Nueva España de Siero

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Ricardo Junquera

epígrafe

Ricardo Junquera

En memoria de un peregrino

A Jesús Llames Sánchez, “Chus”, que nos dejó el pasado día 2 de mayo

A ver Chus, cómo te decimos esto que te queremos decir sin enfadarnos contigo; que si antes ya era imposible, ya nos dirás cómo vamos a poder hacerlo ahora; que además el vocabulario humano es demasiado corto cuando se quieren expresar emociones demasiado largas.

Y es que nos has dejado de la noche a la mañana, casi a la buena de Dios, con la misma sencillez con la que caminabas, con la que hablabas, con la que vivías. Sin habernos dado tiempo para prepararnos. Todavía el mismo día en que te fuiste, unas horas antes, estuvimos hablando contigo, que la Asociación de Amigos del Camino de Siero, Noreña y Sariego, de la que formabas parte casi desde su origen, aprovechamos el pasado puente de mayo para hacer las etapas del Camino Francés desde cerca de Pamplona hasta Logroño, y te mandamos fotos desde Estella, y desde Los Arcos, y desde Viana, y nos decías que tenías muchas ganas de volver a caminar, que nos echabas mucho de menos. También nosotros a ti. Cómo no vamos a acordarnos, si ahora cuando miramos a la parte de atrás del grupo, donde tú solías ir, ya no te vemos.

Cómo no vamos a echar también de menos tu compañía, tu caminar generoso y compartido, que el que caminara junto a ti tenía la certeza de que nunca iba a estar solo. En uno de los mensajes recibidos en el grupo de la asociación el mismo día que te fuiste, una compañera te daba las gracias porque siempre la ayudabas en la cuestas. Cuántas veces nos ayudaste a todos... Y recordamos ahora también aquella otra etapa dura de Espinaredo, camino de Covadonga, cuando Manolita, la menos joven de nuestro grupo, tuvo que ir casi permanentemente agarrada de tu brazo, entre el barro y las piedras, para poder terminarla. Eras un señor, nos dijo cuando llegasteis. Sí, claro que lo eras. Y estamos seguros de que igual que lo hacías con nosotros también lo hacías en el grupo de andarines del Centro Asturiano de Oviedo, o en el grupo de montaña El Pataricu, de El Berrón, que también tuvieron la suerte de contar contigo.

En estos días próximos el Centro Asturiano hará su marcha anual hasta Covadonga. Alguna vez nos contaste que fuiste el encargado de llevar la bandera del Centro que abre esa marcha. Este año al parecer también esperaban por ti para llevarla. Te echarán de menos ellos también, cómo no van a hacerlo.

La lástima es que la vida, que a veces no se diferencia de la muerte, no pregunta ni ofrece concesiones, y la lección final que nos queda es que hay que aceptarla tal como nos viene, sin atajos ni rodeos, como el mismo camino que tantas veces andamos juntos.

Querido compañero, querido Chus, no vamos a despedirnos de ti, que ya sabes que en el Camino nunca se dice adiós; que lo que una vez caminaste queda ya caminado para siempre y además todavía nos queda mucho por andar juntos, aunque ya no te volvamos a ver al final del grupo.

También sabes que pronto llegaremos otra vez a Santiago; estamos seguros de que allí nos estarás esperando, junto al Apóstol, con tu mirada alegre y tu sonrisa permanente, que nos dijiste que a la próxima sí que venías, sí. Allí nos vemos, pues.

Un abrazo fuerte de todos y buen camino, Chus.

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