La Nueva España de Siero

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Vicente A. Montes Álvarez

Sabios

Mantener los oídos atentos a las conversaciones de la gente es la mejor lección de sociología que se puede recibir, lejos de las impostadas palabras de técnicos y medios de comunicación audiovisual y mucho más lejos de las taimadas informaciones de políticos. La conversación arrancó sobre el planteamiento del señor Hernández de Cos, gobernador del Banco de España, sobre la moderación del crecimiento de sueldos y pensiones ante la inflación. Lo tenían claro y decían que sólo era por las pensiones, porque lo de los salarios va por otro camino. Insistían en que la inflación es problema de los mismos que legislaron la subida y que tienen que subir lo mismo que la inflación anual media, que no se puede decir hoy una cosa y mañana su contraria porque es indicio de incompetencia y falta absoluta de previsión. Continuaron con la obra de la glorieta en el acceso oeste de Pola de Siero. Con humor, la llamaron “glorieta istmo” porque une La Isla con “el continente” y valoraban que, pese a las incomodidades, daría fluidez al acceso a la Pola y ayudaría a descongestionar el centro. Abundaron sobre asuntos viales y comentaron que lo que había que solucionar era los del paso a nivel del Bayu. Todos estaban de acuerdo que una glorieta absolutamente necesaria era en el acceso a Parque Principado desde la autovía, que en horas y días determinados presenta retenciones y retardos interminables, ejemplificando con experiencias propias. Les escuché. Probablemente tengan razón en todo.

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