El título del artículo corresponde a un famoso título de novela libertina publicada en 1782, siendo autor Pierre Choderlos de Laclos y de cuyo contenido se extrajo una frase que se repite hasta la saciedad: "La venganza es un plato que se sirve en frío". Quiere decir que es mejor planificar seriamente el momento y la materia de la venganza en vez de solo reaccionar emocionalmente. También existió un grupo musical bautizado con el mismo título. Digamos ya, que debe de separarse el trigo de la paja, en cualquiera de las relaciones humanas, sociales y profesionales. Por ello, es muy importante poner mucha atención y cuidado a la hora de elegir amigos, valorando el perfil humano, no la posición económica, profesional o social. Y detestando la envidia, la deslealtad y el egoísmo, y marginando a los aduladores de nuestro círculo de amistades, porque quien tiene capacidad para adular, la tiene para calumniar, difamar y injuriar.

Y hemos de añadir, que estos seres despreciables son auténticos embaucadores que morirían por asfixia si no existieran otros carentes de personalidad y criterio propio, mayormente sumidos en la ignorancia, que son los embaucados y que muchos gustan de beber en las cloacas de la información de las miserias humanas y su manipulación interesada.

Quienes se mueven sobre el fango de la mentira y del cotilleo, acaban pereciendo en él. Una persona dada a los cuentos y calumnias irremediablemente acabará tarde o temprano siendo víctima de los mismos. El que de otros habla mal, a sí mismo se condena. Un campo fértil donde florecen estas hierbas venenosas no es otro que el de la envidia. Esta enfermedad congénita produce estragos en la sociedad y los portadores de este virus, en su calidad de embaucadores, hacen su agosto en los débiles mentales.

Hemos de procurar por todos los medios, antes de pronunciarnos sobre este o aquel asunto, beber la información en los manantiales de la veracidad, que dícese es lo que corresponde con la realidad, y el rigor, exactitud y precisión en un relato. Opinar sin disponer de los fidedignos y necesarios elementos de juicio, es una temeridad y una aventura muy arriesgada, que acaba dañando el propio prestigio de quienes así actúan.

En cualquier actividad humana, pero especialmente en la política, estas hierbas venenosas proliferan como minas en los campos de batalla. Por eso es recomendable para quienes han de transitar por estos parajes combatirlas con el más eficaz de los métodos: el desprecio, que es santo remedio contra la cobardía.

Perlas de la sabiduría. El signo más cierto de la sabiduría es la serenidad constante (Michel Eyquem de Montagne, escritor francés).