Hay muchas formas de pasar el verano, pero lo cierto es que el exceso de tiempo libre, cada cual lo emplea como quiere, además de las usuales de tierra, mar , aire, gastronomía, música y por supuesto familia… Somos muchos los que nos equipamos para el verano con tranquilidad, silencio, buena lectura y mejor prensa, algo que ahora no abunda, pues publicar se publica todo, hasta libros en blanco, y la prensa, en épocas de opacidad y limitaciones económicas como las que vivimos, no pasa por su mejor momento. Pero aun así hay excepciones y de ellas voy a hablar.

He sido quizás más lector de periódicos que de libros, y soy de los que compro un periódico por leer un artículo, un columnista y sé que el buen periodismo ha elevado el nivel cultural y crítico  de los lectores, algo que actualmente no se prodiga y no por falta de aspirantes , sino de oportunidades, ahora que hemos convertido al ser humano en hormiga mecánica sin memoria, sin aspiraciones, sin humanidad, sin futuro. Y soy de los que cree que el futuro del periodismo depende del buen periodismo, de su calidad, de su contenido más que del marco en que se publica, sea vía texto impreso o digital,  y esto lo sabemos todos, hasta los editores.

Soy de los me asombro ante un buen verso, una buena metáfora, una cita sabrosa y profunda, un buen párrafo, una buena descripción, un buen artículo, un buen libro, fírmelo quien lo firme. Este recorrido lo hago solo.  No clasifico ni limito a nadie. A nadie concedo inmunidad, sino a lo bien argumentado, bien narrado y escrito. No me basta con su firma por mucho que cotice… Me basta con que lo escrito sea de mi agrado. No me suelo influenciar por las alabanzas o sugerencias interesadas del club de amigos   del autor y las pocas veces que lo hice, el resultado fue negativo. Hace unos días, el pasado 14 de agosto, leí una tercera de ABC, cuyo contenido aún perdura al escribir estas palabras. Se titulaba “Razones para correr”, donde para mí, un desconocido Fabio Pascua Mateo, con doce maratones en sus espaldas ( prueba de 42 kilómetros y 195 metros), nos explicaba de manera amena y detallada lo que sentía en las mismas .Al concluir su lectura lo fotografíe y se lo mandé a algún amigo vía WhatsApp. Hacía tiempo que no experimentaba la dicha de leer y disfrutar de un buen artículo, y eso que el tema no era muy atractivo para un sedentario como yo.

En esa línea de buscar la manera de narrar, de contar, este verano también me encontré con excepcionales crónicas taurinas como la de Rosario Pérez  “Los versos satánicos de Morante” o la más reciente de Rubén Amón sobre la meritoria corrida de Roca Rey en la plaza bilbaína de “Vista Alegre”, donde llegó el momento en que la sangre del toro y la del torero herido se mezclaban, se comunicaban, se prolongaban… En esta misma línea y en una entrevista al director del periódico brasileño “Folha de Sao Paulo”, don Sergio Dávila, al preguntarle la periodista María Jesús Pérez  si era buen momento para ser periodista, este le responde: “Sí, creo que sí. El periodismo es más fundamental que nunca. Por todo lo que estamos pasando, por la polarización, por los ataques a la democracia y al propio periodismo... Un antiguo columnista solía decir que después de la Tercera Guerra Mundial solo las cucarachas y los periodistas permanecerían en el mundo. Y digo que ellos periodistas contarán la historia de las cucarachas”.

Este verano hallé citas como las de Arturo Pérez Reverte que dice: “Las buenas historias, las grandes historias, no envejecen ni se agotan nunca. Solo evolucionan y se transforman adaptándose a los nuevos tiempos y a los nuevos lectores”. O expresiones como “Prestación patrimonial”, para referirse a los nuevos impuestos a la Banca y a las Eléctricas”. O la de Pablo Iglesias cuando  avisa que “hay que cabalgar con contradicciones”, ante los tiempos difíciles que se avecinan apenas terminado el verano. Estas y otras perlas son las que me ha dejado de momento mi verano lector, en este artículo omito referirme a cosas desagradables que han sido y son portadas de prensa y que todos tenemos en nuestra mente. Yo, como Manuel Rivas “Defiendo la posibilidad de ser humanos (...) de descolonizar la imaginación y contar historias para sostener el cielo (...)”. Aún no ha terminado el verano y ya nos preocupa el relato. ¡Cuidemos los hechos que lo justifican y avalan!

Para concluir estas letras  y en tiempos en que los mayores no gozan de toda la consideración que merecen, permitidme que haga mías las palabras de una lectora, de nombre Mar Egiluz, que en su carta al Director dice : “Te ganaré, vejez, porque puedes destruir el futuro, pero solo si los puentes de amor y cariño del pasado no son firmes”.

 PD: “Alaben al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas. Porque la Palabra del Señor es recta y él obra siempre con lealtad; él ama la justicia y el derecho y la tierra está llena de su amor…”