La Nueva España de Siero

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Vicente A. Montes Álvarez

Arilos

Sobre los tejos situados delante de la antigua Casa de Cultura polesa

Si hay un árbol que me impresione singularmente, es el tejo. Su importancia cultural en Asturias, su vinculación a la muerte y su transcendencia en la Historia son razones sobradas para despertar asombro. Su madera, especialmente dura y resistente, utilizada en la construcción del arco largo de los ingleses, con el que podían alcanzar casi 250 metros, fue preciosa materia prima bélica en la Guerra de los Cien Años, el más largo conflicto bélico en Europa.

Los dos texos más conocidos en Pola de Siero son los situados delante del antiguo edificio de la Casa de la Cultura en la calle Navia Osorio. Estas dos semanas estuvo el suelo bajo ellos cuajado de los arilos rojos caídos de sus copas. Esos arilos de atractivo color escarlata contienen una semilla altamente venenosa, como lo es también el resto de la planta salvo el arilo en sí, el cual tiene además un sabor muy dulce. Si he decidido hablar de estos tejos es porque leí que el parque se iba a extender hasta ellos y porque la mayoría de los envenenamientos que se producen por taxina se dan en niños, que comen frutos atraídos por ellos. Supongo que esto ya estará valorado por los equipos municipales e igual sobra que lo mencione. Pero no deja de contristarme que el "hacha de calvijares", como en el poema de Machado, sea la única solución.

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