Hay asuntos que igual no son muy fáciles de gestionar. Uno de ellos es conjugar la aparentemente irreversible salida a la calle de los lugares de hostelería con los derechos de movilidad de los peatones. Todos reconocemos la necesidad que han tenido los establecimientos de buscar medios que hagan posible los servicios en los momentos de restricciones, porque de no ser así habría una nefasta repercusión en sus empresas. La peatonalización de ciertos espacios y la ubicación de otros favoreció a determinados negocios. facilitándoles la Administración el uso de espacios públicos, lo que no deja de ser trato diferencial. Así las cosas, muchos establecimientos buscaron forma de "enterrazarse" y hay bastantes espacios de prolongación de locales que incordian a viandantes; especialmente cuando se padece una discapacidad, se lleva una silla infantil o simplemente un carrito de la compra. En derecho simple los peatones deben ser quienes tengan la mayor cobertura de la Administración Local. Existe legislación que establece los mínimos para estos casos y ayuntamientos que modificaron sus ordenanzas pensando principalmente en los peatones. Igual es el momento de establecer unas ordenanzas municipales, porque las que puedo ver en la página web del Ayuntamiento de Siero, que regulan la instalación de terrazas, mesas y sillas en la vía pública, dentro de doce días cumplirán 14 años. Y las cosas han cambiado.
