En el reino de la mentira

José Antonio Noval Cueto

José Antonio Noval Cueto

En este todo vale en que se ha convertido la política española me acuerdo de un amigo mejicano que suele decirme que allí, en su país, los problemas se arreglan con ‘lanita’ (dinero). Aquí vamos en esa misma dirección, y más con esa política de lo inmediato vigente - del futuro , que es mañana, que se ocupen otros-- . No interesan los estadistas, necesitamos activistas del poder y estrategias para conseguirlo: modelo Goebbels, quien popularizó frases como:  ”Una mentira repetida suficientemente, acaba por convertirse en verdad”, “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras.” Algo de esto ya se vivió durante los 90 con las reconversiones mineras y siderúrgicas , con nefastas consecuencias para sus descendientes, ahora integrantes de ls llamada  “leyenda urbana”, con domicilio en Madrid y otros puntos de España y del extranjero, que suelen volver a casa por Navidad. Si ya entonces faltaba la deseable solidaridad intergeneracional, esto ahora ha ido a más y si no que se lo pregunten a los jóvenes aspirantes a un trabajo digno. Hoy el futuro de España lo marcan los pensionistas (más de 9 millones) y los funcionarios (cerca de 4 millones), mientras hay ‘lanita’ que repartir.

Si con esas estrategias Hitler alcanzó el poder por las urnas y ocultó las aberraciones y el genocidio judío, con radio y prensa, ¿qué no se podrá hacer ahora con el poder de la imagen y el empuje de las redes sociales y en tiempos de conciencia atrofiada o sin uso? La realidad española de estos últimos tiempos deja muchas muestras para el análisis y para la reflexión. ¿Se puede gobernar España con quiénes la quieren destruir? ¿Se puede gobernar, en un Estado de Derecho, con quiénes desprecian la ley e incluso recurren a la violencia, al crimen, para conseguir sus objetivos? ¿Se puede conseguir la deseable estabilidad y seguridad jurídica que demandan capitales e inversores? ¿Se puede gobernar con la mentira como instrumento de trabajo?

Recientemente se nos ocultó que había casi 500.000 parados más, los llamados fijos-discontinuos. ¿Se puede gobernar España cuando no se cumple la deseable solidaridad entre regiones? Ahora los vascos del privilegiado concierto económico piden el apoyo de Asturias para fortalecer el eje o corredor del Cantábrico - cosas veredes Sancho-. El detritus que está produciendo en los jóvenes , a nivel moral , social, económico, esta política bipolar, líquida,  de agitación constante, donde nada es verdad y todo depende del color con que se mira, es de asustar: inseguridad, ansiedad, depresiones, suicidios que , por desgracia, no sólo se resuelve con incremento de medios y dependencias en Salud mental… La locura del todo vale en política para conseguir el voto debe parar, y así lo exigen los más de cuatro mil suicidios anuales en España, la mayoría de jóvenes.

Los españoles tenemos el derecho a una información objetiva y veraz, y a que la transparencia esté ligada a la acción de gobierno. Debemos conocer los destinos de los fondos europeos y los criterios de adjudicación. No es de recibo que estas medidas no se consensuen con el principal partido de la oposición, como no lo es siga sin conocerse el porqué del imprevisto y sustancial cambio en la política del Sáhara…y también deja muchas dudas que la reforma del Plan de Pensiones se haga sin el consenso con los empresarios, que son los que contratan y cotizan.

No he dedicado ni un minuto a la moción de censura, debatida esta semana en el Parlamento. Desconozco los verdaderos motivos de su presentación, y menos plantearme a quién benefició o perjudicó.  El pasado domingo, en una entrevista en ABC, Juan Fernández Miranda le hizo la siguiente pregunta a don Ramón Tamames: “Si a usted le preguntara el próximo presidente de Gobierno cuál es la primera medida que debe adoptar, ¿cuál le diría?" Y el interpelado Tamames respondió: “Prometer ser transparente y no faltar a la verdad…No se puede tergiversar la historia desde el BOE”.

Han pasado 19 años del trágico atentado de Atocha, del 11 de marzo de 2004, cuando un aireado Alfredo Pérez Rubalcaba rompía la jornada de reflexión electoral con su lema de “Los españoles merecen un Gobierno que no les mienta” que llevó al poder a José Luis Rodríguez  Zapatero.  Palabras que hago mías, ahora que se ha hecho de la mentira un arma política que favorece el engaño, la desinformación, la manipulación, que desprecia el futuro en favor de inconsistente presente; política que altera las reglas deseables del juego político, como se ha visto recientemente para despenalizar a los acusados de sedición en Cataluña.  

Dicho esto no puedo ocultaros mi preocupación por la reforma del sistema público de pensiones , cuando desde que se constituyó el llamado Pacto de Toledo o de las Pensiones, para garantizar su sostenibilidad y perduración, han sido muchos los avisos, acuerdos y precauciones tomadas para su protección y con el beneplácito de todos. De ahí que ahora me sorprende que se tome una decisión de este calibre que contenta a los socios de Gobierno, sin la firma del sector empresarial, que algo tendrá que decir, cuando se toman decisiones que les afecta directamente, ya que de subir las cotizaciones como se dice, tendrán que pagar más y esta solución quizás no agrade a las empresas pequeñas, autónomos, pues tendrán que encarecer los precios y ello puede repercutir en una menor venta y en una menor contratación,  e incluso podría poner en peligro la propia empresa- En este último semestre, el peor desde 2009, han cerrado 203 negocios cada día y unos 661.500 están en el ‘alambre’, según información publicada en febrero.

Mientras recibimos y percibimos la euforia y contento del Gobierno por el acuerdo conseguido y aprobado por la UE, algo que no deja de sorprender, en Francia persisten las protestas y enfrentamientos de la población contra el Presidente Macron. ¿Quién está en lo cierto? ¿Será sólo un parche para sortear las elecciones que se avecinan? Lo único real es que el déficit de la Seguridad Social ya supera los 106.000 millones de euros. Y que la deuda pública española es del 113,1% del PIB, tras sumar 75.267 millones de euros en el último ejercicio.

 Todos dependemos de la ‘lanita’. ¿Vamos en la buena dirección?

 P.D “Nunca pongo los pies por do camina la mentira, el fraude y el engaño…" (Miguel de Cervantes)