Vergonzoso

Vicente A. Montes Álvarez

Vicente A. Montes Álvarez

Tiene que ser desesperante para las víctimas que puedan ser electas personas vinculadas al terrorismo como representantes públicos de los ciudadanos. Incluso hay entre los candidatos personas que fueron condenadas por asesinato. Quienes todavía conservamos la memoria recordamos la zozobra en los ciudadanos y la aflicción de quienes padecieron más directamente la sinrazón de los crímenes de ETA. Antes de 1975 había quienes pretendieron justificar la violencia de la banda como lucha frente al totalitarismo. Luego razones llenas de sinrazón para justificar lo injustificable, porque desde la muerte de Franco fueron 669 personas las asesinadas. El último atentado en 2009, con dos guardias civiles como víctimas.

Hubo momentos en los que la tensión fue extrema, caso de 1980 en el que la banda terrorista aniquiló a 98 personas. En febrero del año siguiente se producía el golpe del 23-F, desatino en parte alentado por la desesperación ante la masacre a miembros de fuerzas armadas o cuerpos policiales. El número de víctimas en el año del golpe bajó a 32. La mueca más horrible tal vez haya sido la del atentado a la casa cuartel de la guardia civil en Zaragoza, a finales de 1987, en el que cinco niñas perdieron la vida a la vez que otras seis personas más.

Aún hoy hay más de de cuatro mil personas afectadas directa o indirectamente por los atentados. No resiste ningún análisis que la legislación no inhabilite a perpetuidad para cargo y empleo público a quienes pusieron sus intereses por encima de la vida de los demás. Hay cosas que no se consiguen entender. ¿Alguien se imagine que un día de estos un terrorista vinculado a los atentados de las Torres Gemelas se presente para ser electo gobernador de un estado de los EEUU?