Huelga

Hay quien atribuye a Karl Marx la expresión "El trabajo es la forma más sofisticada de esclavitud", aunque probablemente no tenga nada que ver con él. Lo que sí es axiomático es que se trabaja por dinero y que el objetivo del proletario debe ser ganar lo más posible trabajando lo menos que se pueda.

Sé que existen muchas sublimaciones del trabajo, presentándolo como una forma de liberación, una participación en el hacer histórico y una actividad que enaltece a la persona; pero sabemos que no es así. Estoy en estas reflexiones por la ya finalizada huelga del profesorado. Siendo un trabajo fundamental para la sociedad del futuro y teniendo como objeto del trabajo personas, el profesorado, como también hacen trabajadores de la sanidad y otros ámbitos, asume frecuentemente responsabilidades y tareas que no tienen compensación pecuniaria alguna, con la única gratificación de la propia ética y el sentido del deber. Eso ya lo recibe la sociedad gratis.

El profesorado lleva más de una década de poca atención y las dificultades de ejercicio de la tarea se han incrementado notablemente. Así que era de sentido común pensar que la protesta era inevitable.

Junto a la desatención retributiva hay otras carencias que pesaban sobre el profesorado: Insuficiencias en atención a la diversidad y alumnado de necesidades educativas especiales, sobrecarga burocrática que limita la dedicación educativa en sentido estricto, ratio inamovible pese a la cada vez más demandada atención personalizada...

En fin, que sobraban razones para la protesta. Me alegra que se haya solucionado, pero habrá que estar vigilantes para que en breve no se produzca un nuevo desfase.