Malestar en algunos colegios públicos del municipio de Siero por la diferencia que supondrá, en el mes de junio, poder aplicar o no la jornada reducida hasta fin de curso. Todo dependerá de si se tiene o no servicio de comedor fijo: los que cuenten con él no podrán recortar el horario mientras que los que no disponen de él, sí lo harán. Que unos y otros vayan a finalizar la jornada en momentos distintos ha provocado quejas.
A comienzos de este curso la Consejería de Educación anunció que la tradicional reducción de jornada de los meses de septiembre y junio –salir a las 13.00 horas– no se llevaría a cabo, debido al retraso en el comienzo del periodo lectivo. Pero, a principios de este mes de mayo, emitió un comunicado explicando que sí existía la posibilidad de llevar a cabo la reducción de jornada en junio, a la vez que matizaba que de esta opción quedarían descartados los colegios que contaran con servicio de comedor fijo.
Muchos de los centros de Siero han quedado sin posibilidades de optar a esta medida, ya que cuentan con servicio de comedor hasta el final del curso. Y esta distinción en cuanto a la reducción de horario no ha sentado bien a todos, tal y como manifiesta, por ejemplo, la dirección del colegio público de Carbayín Bajo. “Es una vergüenza que unos profesores puedan salir a la una mientras el resto tiene que continuar con su horario habitual”, explican desde el centro.
En principio, muchos de los colegios de la zona rural podrían llevar a cabo la reducción, pero tienen otro problema: el transporte escolar. Los autobuses son compartidos con centros de Secundaria, en los que los alumnos salen a las 13:20 horas. El CRA de Viella, que no cuenta con comedor, es uno de los afectados por el transporte y ha tomado la determinación de no solicitar la reducción. Por su parte El Cotayo de Carbayín Alto, intenta “buscar una solución para el tema del transporte y poder finalizar la jornada escolar una hora antes”.