Pola de Siero,

Manuel NOVAL MORO

La aventura comenzó a fraguarse hace dos años, cuando el poleso Mario Canal hizo el Camino de Santiago y, una vez que llegó a destino, le prometió al santo que iría con su sobrina Inés Díaz Peña, que no puede caminar a causa de una enfermedad degenerativa. La pasada Semana Santa la promesa se cumplió, después de muchos esfuerzos y una cuidada preparación. El miércoles la expedición, formada por Nacho Peña y Dori López y sus dos hijos, Mario y Sara Peña; Gerardo Díaz y Ana Peña, con sus hijos, Antonio Díaz y la propia Inés, y, por último, Conchi Peña y Mario Canal, salió hacia Lugo para pasar la noche en el albergue de peregrinos.

A las siete menos cuarto de la mañana del jueves comenzaba, con nervios e incertidumbre, la primera jornada. Por delante estaban más de cien kilómetros hasta Santiago, que recorrerían en cuatro etapas. La joven, de 14 años, sería transportada todos esos kilómetros por los hombres en una silla de ruedas adaptada. Los dos primeros días hubo muy buen tiempo. Los dos últimos, muy malo, especialmente el domingo, con frío, viento y granizo. Y por el medio muchas dificultades, cuestas pronunciadas que hacían difícil el avance, y las inclemencias del tiempo que no ayudaron. La experiencia dejó una huella muy profunda en todos, que quieren repetir aventura. En Santiago, alzaron las manos en señal de victoria y hasta otra.