La pérdida involuntaria de una cierta cantidad de orina, en el sexo femenino, ante esfuerzos tales como toser, bailar, reír, estornudar, saltar, o simplemente caminar, son muy frecuentes, ya que afectan a cuatro de cada diez mujeres. Sin embargo, curiosamente, son muchas las afectadas que no suelen acudir al médico en busca de ayuda. Y todo porque creen que se trata de un contratiempo completamente normal.

Y nada más lejos de la realidad. Todas las mujeres deben tener muy presente que este debilitamiento del conjunto de músculos que constituyen el suelo pélvico, o sea, el arco protector de apoyo para la vejiga, uretra y útero, se puede reforzar con determinadas técnicas y ejercicios. Por otra parte, es necesario que sepan que esta debilidad muscular va empeorando si no se actúa sobre ella y, lo que es aún peor, en muchas ocasiones, interfiere con la actividad sexual, provocando disminución de la sensibilidad, de la intensidad de los orgasmos y sensación dolorosa durante el coito, lo que termina afectando directa o indirectamente a su relación de pareja.

Por eso, todas las mujeres que presentan estos contratiempos, derivados de la falta de tono muscular pélvico, deberían ponerlo en conocimiento de su especialista para prevenir, tratar y mejorar su funcionamiento, trabajando estos músculos con el fin de fortalecerlos, mediante ejercicios específicos, con diferentes ritmos o pautas y en diversas posturas. De hecho, son muchos los que puede llevar a cabo. Uno de ellos consiste en la interrupción, sobre todo matutina, y durante unos segundos, del chorro de orina, para reanudarlo después y de nuevo volver a interrumpirlo. De esta manera, la mujer reconoce los músculos que debe contraer, lo que le va a permitir realizar este ejercicio en el momento que quiera, a lo largo del día, independientemente del acto de la micción. También es útil otro que consiste en agacharse hasta el suelo, sin tocarlo, y levantarse repetidas veces, flexionando las piernas y manteniéndolas un poco separadas entre sí.

En fin, que son muchas las medidas higiénicas que se pueden llevar a cabo para prevenir estos molestos contratiempos. Porque aparte de un sinfín de ejercicios -que ya podría poner en práctica desde la juventud y con cierta regularidad, con lo cual evitaría tratamientos farmacológicos y molestas intervenciones quirúrgicas- es muy importante que evite ciertos hábitos cotidianos muy perjudiciales, como son el retener mucho tiempo la orina, el estreñimiento y vestir fajas o prendas ajustadas.