Oviedo, A. V.

Más de la mitad de las becas «Erasmus» asignadas a la Universidad de Oviedo, casi seis de cada diez, quedarán vacantes el próximo curso. La institución académica asturiana ofrece 1.210 plazas -más de un centenar que el año pasado- para cursar estudios superiores durante un período máximo un año en los países asociados al programa europeo, aunque, finalmente, sólo viajarán unos 500 estudiantes procedentes de la institución académica asturiana, según los cálculos del vicerrector de Extensión Universitaria y Relaciones Exteriores, Javier Mato.

La Universidad de Oviedo acaba de cerrar el plazo para que los interesados en conseguir una de estas becas que celebran su vigésimo aniversario y que permitirán estudiar en veinticinco universidades europeas durante el curso 2008-09 con un total de 979 solicitudes, sesenta más que el pasado año, lo que supone un incremento del siete por ciento.

Los solicitantes deberán pasar ahora el examen que acreditará su conocimiento del idioma, al que seguirá una entrevista y que, junto con su expediente académico, servirá para determinar qué estudiantes disfrutarán de estas ayudas y a qué países viajarán.

La causa de que alrededor de 700 plazas queden vacantes tras el proceso hay que buscarla, según Javier Mato, en que la demanda se concentra en un grupo reducido de países «más atractivos, fundamentalmente por el idioma». Así, la mayoría de los alumnos asturianos quiere viajar a Reino Unido e Irlanda, que acumulan peticiones, mientras que el interés por realizar estudios en otros como Polonia o Turquía es mucho menor.

«Son países menos atractivos tanto por el idioma como por la distancia, no sólo física, sino también cultural», explica el vicerrector de Extensión Universitaria y Relaciones Exteriores de la Universidad de Oviedo, quien subraya que, gracias a los convenios suscritos con estos países minoritarios, muchos estudiantes polacos o turcos tienen la posibilidad de estudiar en la institución académica asturiana.

«No me preocupa que haya plazas que no se cubran en Polonia o Turquía porque siempre habrá acuerdos en los que nos va a costar más enviar estudiantes que recibirlos», apunta Mato, que incide en que «tanto las solicitudes como la oferta de plazas crecen año tras año, lo que supone un incremento progresivo de la movilidad». «Hay que hacer un análisis global», sostiene el vicerrector, que explica: «Además, hay que tener en cuenta que la matrícula en la Universidad de Oviedo viene cayendo sistemáticamente por razones demográficas».

Entre los países con mayor demanda, aquellos que los estudiantes sitúan encabezando las cinco peticiones de universidades extranjeras por orden de preferencia, y los menos solicitados hay otros «países equilibrados como Italia o Francia», que envían un número similar de alumnos a los que reciben.

El responsable de las Relaciones Exteriores reconoce, sin embargo, que mejorar «es posible», que la cuantía de las becas, entre 350 y 350 euros mensuales, influye, y que uno de los objetivos es «convocar más plazas que resulten atractivas». Es el caso de las universidades británicas. «A los estudiantes británicos se los rifan, lo tienen muy fácil para elegir porque todas las universidades europeas quieren acuerdos con ellas», apunta Javier Mato, quien precisa asimismo que al medio centenar de «erasmus» asturianos que viajarán este curso a otros países hay que sumar otro medio centenar de alumnos que accederán a las casi sesenta becas de los nuevos convenios internacionales con universidades de todo el mundo, ya que, desde hace sólo dos años, la Universidad de Oviedo oferta 94 destinos, además de en Europa, también en universidades de Estados Unidos, América Latina y África.

«Estoy moderadamente satisfecho con las cifras», asegura Javier Mato, que concluye recomendando a los estudiantes y a sus padres «que se den cuenta de que, más importante que ir a una determinada universidad de un país concreto es la experiencia en su conjunto» y que, «si no consiguen el destino deseado, tienen que animarse a viajar a otro, abrir las perspectivas, porque es una excelente inversión, tanto desde el punto de vista de la mejora de la capacidad idiomática como para adquirir una serie de competencias que los empresarios valoran mucho».