La ganadora del Premio Internacional de Ensayo Jovellanos, la catedrática de Filosofía Rosa María Rodríguez Magda, ha defendido hoy que no "caben alianzas con quienes no respetan los derechos humanos", y ha asegurado que el uso de velo continúa siendo un elemento discriminatorio.

La autora ha recibido hoy el galardón, que premia la obra "Inexistente Al-Andalus. De cómo los intelectuales reinventan el Islam", y que le ha sido concedido, según recoge el acta del jurado, presidido por el ex jefe de la Casa del Rey Sabino Fernández Campo, por el estilo "incisivo y ágil" de una obra de contenido "polémico y desde luego abierto a la discrepancia".

Rodríguez Magda trata de desmontar con su obra los "mitos" de Al Andalus, una "idealización histórica" que considera "falsaria pero conveniente desde muchas opciones", entre ellas, la "necesidad del pago de la deuda de Occidente con el tercer mundo".

"Penosamente, se está de alguna manera justificando la versión de los islamistas radicales, que sin el menor recato la convierten en emblema de la Yihad", mantiene la escritora, que cree que las "falacias" en torno a esta materia comienzan a configurar el discurso dominante y correcto".

Según dice, la sociedad española tiene que aprender de los errores de otros países de la Unión Europea para lograr "la integración" de los inmigrantes.

Así, ha afirmado que la visión "multiculturalista" británica ha demostrado no funcionar, como tampoco lo ha hecho la "universalista" francesa.

La catedrática ha explicado, precisamente, que la multiculturalidad y la "integración" no se pueden lograr cuando un pueblo pretende que se "reproduzcan miméticamente" todas sus costumbres.

En este sentido, ha argumentado que Europa tiene "derecho" a mantener sus señas de identidad y valores y ofrecérselos a "quien quiera compartir" la forma de vida occidental.

Rodríguez Magda ha dejado caro que en su libro no habla de religión, sino de la "construcción de un espacio social", y ha puntualizado que no pretende "demonizar" la cultura musulmana, sino aclarar ciertos "recovecos" de los que podrían surgir comportamientos xenófobos.

También ha abogado por el desarrollo de una política internacional que no obligue a los ciudadanos a abandonar sus naciones de origen.

Preguntada sobre la pertinencia de prohibir el velo en las escuelas, ha afirmado que "comenzará a ser una prenda cuando desaparezca la carga simbólica" que esconde.

Para la galardonada, el velo esconde connotaciones "pudorosas" y está relacionada con la moralidad y la definición del honor masculino, por lo que su uso no es un "ejercicio individual sino una discriminación"

Por ello, opina que no debería llevarse en las escuelas porque en los centros de enseñanza "debe primar la igualdad".

"Si aceptamos que los derechos humanos son relativos y dependen del espacio geográfico y que la racionalidad es sólo para unos pocos, habremos perdido", ha sentenciado la autora.

El contenido de su obra lo resume al afirmar que "buena parte de la intelectualidad multicultural, pretendiendo ser tolerante y antiimperialista, se vuelve cómplice de lo que en el fondo no es sino un totalitarismo subversivo de los principios básicos de la democracia".

Rodríguez Magda, directora del Aula de Pensamiento de la Institució Alfons el Magnànim, es especialista en pensamiento contemporáneo y ha publicado libros como "La sonrisa de Saturno" o "El modelo Frankenstein" y obras de investigación feminista como "Foucault y la genealogía de los sexos" o "El placer del simulacro".

El premio Jovellanos está dotado con 18.000 euros y la obra galardonada, que será publicada por Ediciones Nobel, reflexiona de forma crítica sobre el exceso de respecto hacia los mitos cultivados por el mundo islámico e intenta desmontar tópicos como la "errónea" afirmación de que gracias al Islam Europa conserva la filosofía griega y su ciencia, que de otra forma se hubieran perdido.

En ediciones anteriores el galardón, constituido en 1995, recayó, entre otros, en Antonio Fernández-Rañada, Emilio Lamo de Espinosa, Javier Tusell, Carlos Castilla del Pino, Pedro Laín Entralgo, Enrique Gil Calvo y Adela Cortina. EFE