Al borde de la cuarentena, a la galería Nogal, una de las más veteranas del panorama artístico asturiano, le ha llegado el momento del cambio. Un cambio profundo que modificará no sólo la línea de programación de la sala, a partir de ahora centrada en el arte contemporáneo en cualquiera de sus manifestaciones y formatos, sino también, y en consonancia con ello, el aspecto del establecimiento. La reapertura -el próximo viernes, 18 de abril- dará a conocer un local totalmente cambiado que respeta los elementos más definitorios de la sala original pero que ha ganado en espacio y se presenta ante el público y el mundo del arte asturiano con 230 metros cuadrados de un blanco inmaculado, el mejor símbolo para el inicio de una nueva etapa.

«Es un proyecto al que llevaba dándole vueltas mucho tiempo», afirma entre los últimos trajines de la reforma Guillermina Caicoya, que se plantea «sin límites de ningún tipo» la nueva andadura de la sala fundada por Elías Caicoya Masaveu en 1969. Como muestra de la diversidad de poéticas y lenguajes que definirán su proyecto ha seleccionado una colectiva inaugural con los artistas Carlos Coronas, Paco Fernández, Herminio, Ignacio Martínez, Antonio Mesones y Santiago Mayo. El primero trasteaba ayer en el sótano de la galería, ensamblando la estructura de una de sus instalaciones con fluorescentes, «Lux», que ocupará todo ese espacio, mientras que un retablo de las pinturas del segundo ofrece ya sus vibraciones y reverberaciones de luz en uno de los muros junto al escaparate.

La reforma ha modificado también el aspecto externo de la galería, situada en los bajos de un edificio de estilo ecléctico de 1921, al suprimir la vistosa marquesina que identificaba hasta ahora a la galería y ampliar el escaparate y la puerta de entrada, abriendo paso a la luz. En el interior se mantiene la estructura de la balconada curva, que se asoma de la planta superior al bajo, y se han eliminado todos los elementos ornamentales, definiendo un espacio más homogéneo. La distribución original se ha readaptado para conseguir espacios expositivos a la vez homogéneos, distintos y muy definidos, con paños aptos para grandes formatos pictóricos y escultóricos, rincones recogidos para piezas más intimistas y un área, en el sótano, pensada para formatos como la instalación o el vídeo.

La historia de la sala enlaza pasado y futuro, ya que el fundador de Nogal era descendiente directo de los del Bazar Masaveu, primera galería de arte asturiana.