Oviedo,

Elvira BOBO

Oviedo,

E. B.

Como en todo solemne acto universitario, sonó ayer el «Gaudeamus, igitur» en el Aula Magna del edificio del Seminario, en honor de la primera promoción de alumnos de la Escuela Internacional de Protocolo de Oviedo. En un acto emocionado y festivo, se entregaron títulos, becas y distinciones a las nuevas promesas del protocolo asturiano, apadrinadas por Graciano García, director de la Fundación Príncipe de Asturias. «Sabino Fernández Campo dice que el protocolo sirve para poner a las personas y las cosas donde les corresponde con prudencia, cultura y rigor», recordó el director de la Fundación, a quien a su vez se le concedió la medalla de oro de la Escuela.

El ovetense Carlos Fuente Lafuente, creador y presidente de la Escuela hace doce años, acompañado por la concejala de Educación de Oviedo, Concepción García Álvarez, felicitó a los jóvenes recordando que «alcanzaban la cota más alta» en su formación académica. La sesión estuvo, para profesores y alumnos, «cargada de recuerdos y de futuro», como recordó Carmen Carrio, directora de la Escuela en Asturias.

«El protocolo es la ciencia y arte de las relaciones humanas entre personas e instituciones», explicó Francisco Ballesteros, en representación del claustro de profesores. «Y sin convivencia no hay entendimiento -añadió-, y sin eso, no hay paz. Por eso vosotros sois un instrumento de la paz», sentenció el profesor.

En el acto se impusieron las becas, se entregaron los títulos de técnico, especialista y máster y se distinguió a dos alumnos de la escuela con la medalla de plata al mejor proyecto de fin de carrera promoción 2004-07, galardón que reconoció el trabajo de Blanca Ruiz Rojo y Elías Feito por su trabajo «El protocolo en la estrategia empresarial para la negociación con China», premiado con el Premio Internacional de Protocolo 2007 en la modalidad de investigación.

María Jesús Junquera, Ana Isabel Palacios y Cristina Vergara recibieron las medallas de bronce al mejor expediente académico 2004-07 en primero, segundo y tercer cursos, respectivamente.

El director de la Fundación Príncipe de Asturias, Graciano García, recibió ayer la medalla de oro de la Escuela Internacional de Protocolo de Oviedo en el Aula Magna del Seminario. «Es una satisfacción que se acuerden de mí para este premio que recojo, lleno de honor y orgullo, en nombre de la Fundación», declaró el director, quien aconsejó a sus jóvenes apadrinados «que crean en lo que hacen, cumplan sus ideales y encuentren la belleza en su profesión».

Graciano García recordó que «algo he tenido que ver con en la creación de la Escuela», y reconoció que el éxito de los premios «Príncipe» se debe en gran parte a los expertos en protocolo. Durante el acto se exhibió un vídeo que repasó los momentos más importantes de la historia de los premios y que sirvió para dejar clara la importancia de una disciplina, el protocolo, gracias a la cual ceremonias como ésa salen a pedir de boca. De ello se encarga Carlos Fuentes, cuya labor elogió el director de la Fundación. «Hoy la ceremonia es uno de los eventos culturales mejor organizados del mundo», señaló el director, que agradeció también la ayuda en este evento del jefe de Protocolo del Ayuntamiento, Enrique Fernández.

Graciano García tuvo un recuerdo para los Príncipes de Asturias y los Reyes de España por «inspirar el caminar de la institución al servicio de los valores, la cultura y la cooperación entre los pueblos».