Presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, prologa el libro de Tamayo «Siempre de vuestro lado»

Gijón, J. L. ARGÜELLES

Maite Pagazaurtundúa, presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, es la prologuista de «Siempre de vuestro lado» (SBDS Editores), libro de artículos de su antiguo profesor de Filosofía, el popular jesuita donostiarra Alfredo Tamayo Ayestarán. Ambos estuvieron ayer en Gijón, invitados por el Ateneo Jovellanos, para hablar de la situación vasca.

-¿Qué ha supuesto la llegada de Patxi López a la Presidencia del País Vasco?

-Una oportunidad para superar muchos tabúes, prejuicios y elementos tóxicos instalados en la sociedad vasca a causa del miedo y del fanatismo de la identidad. Sin el poder es muy difícil remover una sociedad que ha ido acumulando capas de miedo y de docilidad. Ahora bien, los procesos de regeneración social son lentos, más allá de que el terrorismo esté en declive.

-¿Ese acuerdo para el cambio se asienta sobre una base sólida?

-Desde el punto de vista democrático es más sólido lo que hay ahora que lo anterior. El nacionalismo gobernante demostró que no tenía intención de acabar con esa capa de fanatismo de la identidad.

-¿Había connivencia entre el PNV y el mundo que apoya a ETA?

-No me atrevería a hablar de connivencia, pero los historiadores hablarán. Ahora bien, Ibarretxe se asentó parlamentariamente con los votos de quienes apoyan el terrorismo y, por tanto, hay ahí algo turbio. El terrorismo es la punta del iceberg del fanatismo de la identidad.

-¿El acuerdo entre el PSE y el PP vasco aguantará toda la legislatura?

-No lo sé, no tengo una bola de cristal. La propia esperanza y la ilusión me impiden analizar las condiciones objetivas de manera normal.

-¿Cree que el terrorismo etarra está en fase terminal?

-Sí, lo creo. Una parte de la sociedad vasca no se ha resignado a soportar la lógica del terrorismo ni ha renunciado al pluralismo democrático.

-¿Hay menos miedo en la sociedad vasca?

-Hay una parte importante con cierta pasividad. Tanto, tanto miedo ya no hay; programas de humor como «Vaya semanita» no hubieran sido posibles hace años. Hay todavía mucho miedo, pero se va avanzando.

-El primer acto del nuevo lendakari ha sido un homenaje a una víctima del terrorismo. ¿Es el mejor comienzo?

-Sí, ha sido bueno para todos, incluso para los que aún no han despertado de su ceguera. Hay que dar valor a la vida humana.

-¿Cuáles son las posibilidades futuras de una reconciliación en el País Vasco?

-Hacen falta fases. La relación entre víctima y victimario es asimétrica. Hay quien pretende aún equiparar, y sobre esa base es imposible la reconciliación. Temporalmente es necesario más de un quinquenio. Somos una sociedad con lazos comunitarios muy complicados, con muchos silencios. Hace falta un poco de tiempo y, además, acertar.