"Una buena guitarra es como una obra de arte, gana valor con el paso del tiempo", según afirma José Rodríguez, un luthier que estableció su pequeño taller en Córdoba, desde donde fabrica guitarras para grandes artistas de la música como Alejandro Sanz, Paco de Lucía o Vicente Amigo.

De las enérgicas manos de Rodríguez han salido los sonidos de guitarristas internacionales como el cordobés Vicente Amigo o "el maestro" Paco de Lucía, que crean tendencias entre los compradores de guitarras, ya que los clientes "suelen pedirme instrumentos del color o la madera que usan ellos".

Este luthier, natural de Andújar (Jaén), tarda unos tres meses en fabricar cada ejemplar aunque los compradores, que pagan más de 2.000 euros "por una buena guitarra", tienen que esperar hasta dos años para recibir su instrumento.

Y todo ello porque el proceso de creación, con el que disfruta Rodríguez "paso a paso", comienza por la elección de una madera curada de más de 15 años de antigüedad, de las variedades de palosanto, ciprés o nogal, árboles capaces de producir sonidos con distintos matices.

Una vez elegida la madera se realizan las barras que bordean el cuerpo del instrumento, los aros que le dan forma a la silueta se vician y se doblan y se ponen los refuerzos interiores.

La parte del proceso más elaborada llega cuando se le incrusta el mosaico de colores central que decorará el hueco del que saldrán soleás y bulerías, que se realiza a mano "y con mucha paciencia", con tablillas de madera pintadas de colores.

Más tarde, se le coloca la barra armónica con el mástil, se ensambla todo y se le ponen los perfiles y el diapason, con las cuerdas, como cuenta con el máximo lujo de detalles el maestro luthier.

Por último, toda la superficie se lija "con cuidado" y se laca con una "muñequilla", un trozo de tela embadurnado de barniz, se coloca el puente con el agujero y "\u00A1y ya está la guitarra sonando!", afirma Rodríguez.

El maestro luthier, que lleva desde 1972 creando instrumentos para todo el mundo, fabrica guitarras clásicas, que son más altas para que suene un sonido más limpio con madera de palosanto en la parte trasera, y flamencas, que pueden construirse con una mayor variedad de maderas.

El guitarrero que ha confesado mirarse en el espejo de maestros luthier cordobeses como Manuel Reyes o Miguel Rodríguez para construir sus piezas aunque también, a la hora de probar él mismo el sonido de sus creaciones, se inspira en los grandes guitarristas para quienes construye sus instrumentos.