Alicante / Madrid, Agencias

La Consejería de Sanidad de la Generalitat de Valencia informó ayer del fallecimiento en Teulada (Alicante) de un hombre argelino de 45 años que había contraído la gripe A. El hombre, que murió el pasado lunes, sufría hipertiroidismo y problemas renales graves. Se trata de la quinta víctima mortal del virus H1N1 en España. Su fallecimiento se produjo durante su traslado en ambulancia desde el centro de salud al hospital.

El consejero de Sanidad, Manuel Cervera, explicó en una rueda de prensa que en la madrugada del pasado lunes el paciente llamó a los servicios de emergencia para comunicar que no se encontraba bien y fue trasladado al centro de salud de Teulada, donde fue atendido por el equipo médico de guardia que, ante la gravedad de su estado, instó a que fuera trasladado al Hospital de Denia. Durante el trayecto, los sanitarios del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) intentaron estabilizarlo, pero no fue posible, y murió antes de llegar al hospital.

Ante la sospecha de los facultativos de que su fallecimiento pudiera deberse a la gripe A, éstos no quisieron certificar las causas de la muerte, por lo que dieron aviso al Juzgado de guardia, según informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV). La autopsia confirmó el diagnóstico.

El fallecido, que vivía solo en Teulada, recibía tratamiento de diálisis desde 1993, que suspendió durante algún tiempo al serle trasplantado un riñón que su organismo rechazó, por lo que volvió a recibir diálisis.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció ayer el fallecimiento de casi 800 personas por la nueva gripe, que ya afecta a 160 países. Su portavoz, Gregory Hartl, afirmó que los científicos del organismo «no han observado por ahora ningún cambio en el comportamiento del virus», aunque podría mutar en invierno, y que el principal problema que se presenta es su rápida propagación geográfica y, en ciertos países, su concentración en grupos específicos. La OMS ha recomendado a los países que dejen de someter a pruebas de laboratorio a todos los sospechosos de haber contraído el virus, en vista de las proporciones que ha alcanzado la pandemia, pero deberán seguir informando de cada muerte por el virus.