Oviedo

El mundo de las apuestas deportivas es el trasfondo de la trama de «Apostando al límite», un trepidante thriller dirigido con soltura por D. J. Caruso y con un reparto de campanillas. El gran Al Pacino se pone a la cabeza de unos intérpretes de lujo, desde Matthew McConaughey a Rene Russo, pasando por Armand Assante. Basada en un hecho real, la película narra la historia de Brandon Lang (McConaughey), un jugador de fútbol cuyo sueño deportivo ha sido arruinado por las lesiones, pero con un don para escoger los ganadores de los partidos del fin de semana. Su éxito llama la atención de Walter Abrams (Al Pacino), un ex ludópata reconvertido en cabeza visible del mayor servicio de asesoramiento de apuestas deportivas del país, que decide ficharlo (y adiestrarlo) para sacar rendimiento a sus dotes adivinatorias en el feroz e implacable mundillo de las apuestas del más alto nivel.

Pero Brandon no está dispuesto a dejarse pisotear por el mefistofélico Walter...

Con el éxito, la fama y el dinero también llegarán la codicia, la ambición y la manipulación. Esta crónica de ascenso, auge y caída es resuelta por D. J. Caruso con las suficientes dosis de habilidad para que la acción no decaiga y el ritmo se mantenga trepidante de forma continuada, sin duda, ayudado por el trabajo impecable de sus actores, especialmente un Al Pacino que borda una vez más su papel con una interpretación enérgica y entusiasta que deja claro su compromiso con el proyecto.

Sin pasarse en los afanes documentalistas del mundo de las apuestas, aunque dejando claro que no es precisamente un lugar saludable, la película cumple con holgura como inteligente entretenimiento que va directo al grano y dibuja con precisión a sus personajes, al tiempo que hilvana una convincente historia de redención.