Gijón, María IGLESIAS

La vida en Rusia es «diferente». Tanto que a Aleksei Balabanov, uno de los directores a los que el Festival de Cine le dedica una retrospectiva, le llamó la atención que los coches en Gijón se pararan ante un paso de cebra: «Yo quiero que la gente vea mis películas para que conozca, de primera mano, cómo vivimos en Rusia y poner de manifiesto diferencias como ésta», afirmó ayer el cineasta, quien rechazó todas las etiquetas que intentaron atribuirle durante la rueda de prensa. «He ido por diferentes países y las personas que me encuentro son distintas, así que si la película es buena, con calidad y cuenta una buena historia poco importa lo que yo quiera decir, ya que cada uno la entenderá a su manera», aseguró Balabanov en relación a la pretendida intencionalidad de su cine.

En cuanto al sentido del humor y el drama que rodea sus películas, el director ruso se encargó de desmitificar la planificación de ciertas escenas: «Algunos se ríen con mis películas y otros no, el sentido del humor es raro, así que no lo puedo planificar», sentenció. Conocido en algunos círculos culturales como «la respuesta soviética al cine de Tarantino», Balabanov aseguró que «me gusta Tarantino, pero no existe ninguna influencia directa del director sobre mi obra».

Una pregunta tras otra, el homenajeado desmontó teorías y mostró su punto de vista sobre las cosas. Así, a los que intentan pedirle que sea el embajador moral de la nueva Rusia, Balabanov respondió: «En mis películas no existe el elemento moral, las hago con mi experiencia vital; tengo 50 años y muestro lo que he sentido, o lo que he vivido, no intento dar lecciones morales».

Algunas de las cintas más conocidas del director fueron censuradas en la televisión rusa por cierta carga erótica.

«La violencia aparece en Rusia en todas las series de televisión, pero el canal que está mostrando películas eróticas prohíbe mi cine, es algo raro», confesó.

Durante el encuentro, el director también destacó su relación con uno de los protagonistas más frecuentes en sus películas, Sergei Bodrov, quien falleció en un accidente de tráfico durante un rodaje.