Oviedo, J. B.

TVE dijo adiós a la publicidad con MasterCard, la última firma que plasmó su nombre en pantalla con los «come-uvas» de las campanadas del año I de Belén Esteban. Los jugueteros acaban de hacer pública su pena porque este año no tendrán la ventana de la pública para anunciar sus muñecas, coches teledirigidos, equipo médico o lo último de la Play. Los jugueteros invirtieron en TVE el año pasado 50 de los 180 millones que se gastaron en la campaña. Notan en el cogote la desaparición de la publicidad en TVE. No vamos a llorar ahora por la falta de spots, pero todo ha sido muy brusco siguiendo la línea prohibitiva de esta era que vivimos. No obstante está bien que esto de la «publi» haya desparecido por garrotazo. De lo contrario es muy probable que tal nostalgia hubiese hecho mella y el sufridor del spot sea capaz de convocar manifestaciones para que vuelva. Todo por no dejar tirados sus recuerdos, como el de «Es la Española una aceituna como ninguna» o «Yo soy aquel negrito...de la canción del Cola cao». De hecho hubo un punto nostálgico en el Fin de año de TVE y dedicó una parte del programa a revisar muchos de estos anuncios. Ahora bien, una vez aplaudido este nuevo tic gubernamental, habrá que ver cómo se rellenan tantas horas de programación entre tantos canales como tiene RTVE (inclúyase la TDT). Por lo pronto dispara hoy con un capítulo de «Águila Roja», de cien minutos. Y los Telediarios ya habían crecido, pero los harán aún más «altos»; se multiplicarán el cine español y los documentales. Está muy bien. Sólo falta que no caigan en el relleno, que es peor que el spot.