Gijón, Saúl FERNÁNDEZ

Los ochenta fueron años de gomina, trajes caros y bólidos último modelo. Entonces las puertas del cielo se abrían a los triunfadores y a los fracasados se les expulsaba del mundo. En este contexto David Mamet escribió «Glengarry glen rose», una tragedia sobre la corrupción de las victorias, obra maestra que fue galardonada con el premio «Pulitzer» en 1984. La versión del director argentino Daniel Veronese llega este fin de semana a Asturias precedida de un éxito clamoroso. Mañana el elenco se subirá al escenario del teatro Palacio Valdés (20.15 horas) y el sábado al teatro Jovellanos (20.30 horas). El punto de partida provoca temblores: las cosas no están bien en la inmobiliaria y el jefe convoca un concurso; el que gane se llevará un Bugatti, el segundo, un juego de cuchillos y a los últimos les aguarda el paro. Mamet ascendió a la gloria de los dramaturgos con este guión que muy pronto se convirtió en un clásico eterno, la función que volvía a colocar a los norteamericanos en lo más alto del cielo teatral. En 1992 James Foley dirigió una película basada en un guión del propio David Mamet y con reparto inigualable: Jack Lemmon, Al Pacino, Kevin Spacey o Alec Guinness...

El pasado mes de diciembre el teatro Español de Madrid fue el escenario al que se subieron Carlos Hipólito, Ginés García Millán, Andrés Herrera, Gonzalo de Castro, Jorge Bosch y Alberto Iglesias, las criaturas de David Mamet con acento español... La compañía se movió al son marcado por el argentino Daniel Veronese, uno de los nombres destacados de la escena española.