Catedrático de Biología Molecular de la Universidad de Oviedo, codirector de la investigación

Oviedo, P. Á.

Carlos López Otín, catedrático de Biología Molecular de la Universidad de Oviedo, dirige junto al hematólogo catalán Elías Campo la secuenciación del genoma de la leucemia linfática crónica.

-¿Qué supone participar en este proyecto y convertir a Oviedo en uno de los escenarios de su presentación en sociedad?

-Nos sentimos muy orgullosos de contribuir desde la Universidad de Oviedo a un proyecto de esta magnitud.

-De contribuir y de impulsarlo.

-En efecto. Hace dos años hubo un concurso de ideas sobre qué proyecto podía representar a España, y junto con Elías Campo y Xavier Estivill hicimos una propuesta. Hubo muchas otras propuestas de otros grupos e instituciones. Tuvimos la suerte de que un comité científico muy prestigioso escogiera el nuestro. Finalmente, hubo una fase internacional en la que también fuimos seleccionados en competencia con proyectos de otros países.

-¿Objetivo de la investigación?

-Descifrar 500 genomas de leucemia linfática crónica. Parecía un reto imposible si consideramos que se tardó más de diez años en secuenciar el primer genoma humano. Además, cuando dimos el paso todavía no existía en España la tecnología necesaria para abordarlo.

-En su laboratorio ya tenían experiencia.

-Sí. Teníamos experiencia en análisis funcionales de genomas y hemos participado en la secuenciación de genomas de diversos animales (la rata, el ratón, el ornitorrinco...) que nos han permitido poner a punto una metodología de trabajo prácticamente única en España y muy pionera a nivel internacional.

-¿Qué han hecho hasta ahora?

-En el año que llevamos trabajando hemos podido ajustar todos los mecanismos para poder manejar el volumen abrumador de información que genera un genoma. Poco a poco hemos podido completar cinco genomas. Ahora, los objetivos son aumentar el rendimiento de una manera espectacular. Este año esperamos completar veinte genomas o cien exomas, que es el análisis de las regiones codificantes de los genomas, un proyecto paralelo que estamos haciendo con las mismas muestras de los tumores.

- ¿Cómo organiza el trabajo su grupo?

-La labor fundamental, el ensamblaje de los genomas, la están desarrollando Xosé Suárez Puente y Víctor Quesada. Hemos establecido un acuerdo con el Instituto Sanger, de Inglaterra, donde trabaja otro de mis discípulos, Ignacio Varela, y hemos tenido un acceso muy rápido y fácil a sus máquinas. En los últimos meses, el Centro Nacional de Análisis Genómico, en Barcelona, está a pleno rendimiento y ya podemos utilizar estos equipos para la fase de secuenciación y validación a la que se incorporan Gonzalo Ordóñez y Diana A. Puente. Esperamos involucrar también a gente del Hospital Central de Asturias.

-Es una tarea pionera.

-Los pacientes cuyas muestras hemos analizado son los primeros españoles a quienes se secuencia su genoma, porque estamos secuenciando al mismo tiempo el genoma del tumor y el genoma normal del individuo. Esto supone un orgullo científico, y ofrece una información relevante para los médicos que atienden a estas personas.