El ecuatoriano Sebastián Cordero ha dirigido "Rabia", una adaptación de la novela homónima de Sergio Bizzio que se desarrolla en el ambiente claustrofóbico de una mansión familiar, con un reparto en el que figuran Concha Velasco, Icíar Bollaín, Álex Brendemühl y Xabier Elorriaga.

Los protagonistas de la película, presentada hoy en la sección oficial del decimotercer Festival de Cine Español de Málaga, son la pareja formada por José María (Gustavo Sánchez Parra) y Rosa (Martina García), inmigrantes suramericanos ambos, albañil él y empleada doméstica ella.

Un enfrentamiento de José María con su capataz termina con la muerte accidental de éste, y a partir de ese momento el protagonista se refugia en la mansión donde trabaja Rosa, sin contárselo a ella, y comienza allí una vida secreta.

Cuando leyó la novela, Cordero vio que tenía "un potencial cinematográfico gigante", ha afirmado en rueda de prensa el director, que cree que, pese a tratarse de una adaptación, es entre sus tres películas la que siente "más personal y más cercana".

En el libro estaba presente "una lucha de clases y una tensión del albañil y la empleada doméstica con la burguesía de la casa", y en la película lo ha llevado "un paso más allá" y ha querido "jugar con el contraste".

"Era interesante la idea de un amor imposible entre los dos personajes, que se lo juegan todo y creen en algo que la lógica parece condenar desde un principio, mientras que alrededor de ellos todas las historias de pareja son relaciones de amor fallidas", ha dicho Cordero.

Por ello, existe "de fondo" una "visión latinoamericana idealista del amor y la familia, que ve este idealismo muy cínicamente", ha añadido.

Para reflejar la evolución que sufre el protagonista, Gustavo Sánchez Parra se sometió durante varios meses a una dieta con la que perdió trece kilos, ha explicado Cordero, y fue necesario empezar a rodar por el final de la trama y seguir el orden inverso.

Al director le interesaba "explorar el lado oscuro de los personajes, esa dualidad muy marcada", porque todos ellos "tienen un lado muy cuestionable".

Concha Velasco vio al leer el guión "la oportunidad de hacer un personaje", porque a ella no le importa "hacer papeles más largos o más cortos", según la actriz, que cree que Cordero ha sacado cosas de sí misma que ni ella misma conocía.

Para la colombiana Martina García, que lleva cuatro años viviendo en España, este trabajo suponía "un reto enorme", porque su experiencia como inmigrante "es muy diferente a la de Rosa".