Avilés, Saúl FERNÁNDEZ

Lo que tiene de bueno el «American Ballet Theatre» es la búsqueda de la perfección. Para lograr esta meta, la compañía cuenta con una escuela de bailarines y con una segunda compañía, la de los adolescentes, los que andando el tiempo defenderán la tradición y el buen nombre de uno de los grupos de danza más extraordinarios del mundo. Estos, los de la «American Ballet Theatre II» («ABT II»), son los que debutan esta noche sobre las tablas del teatro Palacio Valdés (20.15 horas). «Los jóvenes se están preparando para formar parte de la primera compañía y la mejor manera es salir de gira», explicó ayer Wes Chapman, el director artístico de una de las mejores canteras de bailarines.

La «ABT II» se presenta por primera vez en Asturias (mañana sábado, en el Jovellanos de Gijón) y lo hace con un espectáculo que mezcla el clasicismo de Marius Petipa con autores tan contemporáneos como Jodie Gates. «Los componentes de la compañía así pueden bailar todo lo que perfeccionarán a lo largo de su vida. Ayer tarde (por el miércoles), sin ir más lejos, estuvieron ultimando detalles del "pas de deux" del "Lago de los cisnes"», comentó Chapman, que empezó en la compañía como bailarín de a pie, que fue primer artista y que, desde hace unos pocos años, es el director artístico del porvenir del «ABT».

Meaghan Grace Hinkis, una de las componentes de la «American Ballet Theatre II», se formó en las aulas de la Jacqueline Kennedy Onassis School, la entrada para las promesas de las promesas. En diciembre de 2009 se sumó a la «ABT II». Explicó que la diferencia principal entre la escuela y la compañía semiprofesional es que en la primera «enseñan la técnica y en el grupo te haces artista». Tal es así que Hinkis ha pasado ya a la primera compañía; de hecho, se presenta el próximo día 17 en una gala en la que participarán miembros de las dos compañías que fundó el legendario coreógrafo georgiano George Ballanchine.

Por la compañía han pasado los mejores bailarines del mundo. «Nombres como los de Alicia Alonso o Baryshnikov dan valor y más peso a lo que hacen los bailarines de la segunda compañía», apuntó el director artístico de la «ABT II». Alberto Velázquez, bailarín de la compañía, salido de las aulas de la escuela del «American Ballet Theatre», explicó, en este sentido, que «el peso de la tradición de la compañía te obliga a moverte para seguir ese prestigio».

El espectáculo que se representa esta tarde tiene dos horas de duración, contando con el descanso. Serán seis coreografías preparadas para la «ABT II».