Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

El futuro Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) entrará en servicio «cuando esté en condiciones de que todos los pacientes reciban la atención que necesiten con seguridad y calidad». Así lo declaró ayer en Oviedo el consejero de Salud, Ramón Quirós, quien precisó que, pese a la evidente lentitud del ritmo de las obras, «nuestra idea es que se abra en el año 2011».

Quirós quiso matizar la información publicada ayer por este periódico, según la cual un desacuerdo económico entre el Gobierno regional y las constructoras mantiene las obras en ralentí un mes después de que concluyera el plazo de 58 meses otorgado para ejecutar la infraestructura en los terrenos de La Cadellada. «Sí puedo desmentir, porque esta mañana lo he preguntado, que la obra esté parada», indicó el titular de Salud, quien, no obstante, no precisó la cifra de trabajadores que en el momento actual están sobre el terreno.

Según la información de LA NUEVA ESPAÑA, son unos 35 millones de euros los que separan al Principado y a las constructoras. Esta cuantía corresponde a la valoración del coste de una serie de modificaciones introducidas en el proyecto a instancias del Ejecutivo autonómico. Las empresas -la unión temporal integrada por Sacyr, San José y Sánchez y Lago- reclaman unos 60 millones de euros y el Gobierno asturiano ofrece en torno a 25 millones.

La cifra que se acuerde deberá sumarse a los 205,3 millones en que se adjudicaron inicialmente las actuaciones y al primer sobrecoste, de 54,5 millones, firmado en 2008.

«Hay una negociación en marcha, pero la obra sigue avanzando», enfatizó el consejero de Salud, quien agregó que «hay que dejar trabajar a Gispasa» -empresa pública que impulsa el proyecto- «que está en el proceso de discusión de las mejoras que los profesionales han sugerido para terminar la obra del Hospital».

Sobre el papel, el Ejecutivo autonómico mantiene su previsión de concluir las obras en lo que queda de 2010. No será sencillo, pues hasta el momento, en el HUCA se han ejecutado obras por valor del 70 por ciento del presupuesto y aún falta el 30 por ciento.

Ramón Quirós aportó ayer detalles de lo que vendrá después: el traslado desde el actual Hospital Central, emplazado en el barrio del Cristo, al nuevo recinto de La Cadellada. El cambio no puede hacerse por fases, señaló el Consejero, quien precisó que el paso de un edificio a otro es un proceso «muy complejo que debe hacerse sin dejar de dar asistencia». Según Quirós, «no podemos cerrar los quirófanos ni las urgencias y vamos a tener que mantener equipos duplicados en el Hospital actual y en el nuevo edificio para preservar la asistencia en todo momento».