Oviedo, E. G.

La Selmana de les Lletres se coló ayer en el Salón Europa, de la Junta General del Principado. Nombre que mira al continente para dar cabida a la lengua propia, que también es Europa. El asturiano suena cantarín y a veces caprichoso en los labios de muchos de los que ayer se acercaron al estrado para leer, recitar, recordar... reivindicar. Todos, hasta 27, cargos públicos comenzando por la anfitriona en esta casa de todos, la presidenta de la Junta María Jesús Álvarez, a la que no le cuesta ningún trabayu falar en la so llingua. Otros lo pasaron peor, pero ayer los cuchillos políticos reposaban envainados y el auditorio no estaba por la crítica.

No faltaron los poemas de Xuan Bello, Berta Piñán y, por supuesto, Xosé Antonio García, a quien está dedicada la Selmana de les Lletres. El ex consejero Manuel Fernández de la Cera leyó su propia creación en bable, la homilía de un cura vieyu y sabio. Diputados, senadores, consejeros, responsables de política lingüística; la presidenta de la Academia de la Llingua, Ana Cano y hasta el rector, Vicente Gotor, que se maneja en asturiano sin excesos pero con notable valentía.

Dijo María Jesús Álvarez que «nun puedo acabar ensin agradecer a toos la collaboración nesta llectura institucional en llingua asturiana que se convirtió yá nun de los actos más importantes de la Selmana de les Lletres». La jornada sirvió para presentar igualmente el libro «Una botella d'agua enllena de tierra vivo», verso del propio Xosé Antonio García que sirve para englobar 41 microrrelatos de autores asturianos en torno al medio ambiente. Por algo estamos en el «Añu internacional de la biodiversidá».