Nueva York

El conjunto escultórico «Conversation Piece III» realizado por el fallecido artista español Juan Muñoz se vendió en 4 millones de euros (4,8 millones de dólares) en la última subasta de arte contemporáneo de Sotheby's, que informó ayer de que en esa venta ingresó un total de 189,9 millones de dólares.

«Las estimaciones previas a la subasta eran de entre 114 y 162 millones de dólares. Se vendieron el 94,3% de los lotes y hubo venta récord para nuevos artistas», señaló la firma. «Cuando una venta se estima en 162 millones y se llega a 189,9 millones, eso es un gran resultado», dijo el responsable de la firma de arte contemporáneo, Tobias Meyer, que también destacó las ventas de esculturas. Entre esas ventas que han establecido récord para el artista está ese conjunto escultórico de Juan Muñoz, que se había valorado inicialmente entre 2,5 y 3,5 millones de dólares, y que al final fue adquirido por un comprador anónimo por 4,89 millones de dólares.

El anterior récord del artista español, también en la misma casa de subastas, se produjo en noviembre de 2009, cuando se pagaron 1,2 millones de dólares por la instalación titulada «Cinco figuras sentadas».

«Realizado en 2001, este trabajo es único», indicó la casa de subastas, que señaló que las seis esculturas de «Conversation», realizadas en bronce, van acompañadas de un certificado de autenticidad firmado por los herederos del artista. Muñoz (1953-2001), un artista que para los expertos rompió los límites de la escultura tradicional, con figuras de menor tamaño del habitual y en tonos monocromáticos que incitan a la reflexión, elaboró estas seis en bronce, andróginas y con forma de lágrima, y de ellas cuatro parecen estar dialogando, mientras son observadas por otras dos algo más lejanas del grupo central.

Se trata de uno de sus últimos trabajos, pues lo terminó en 2001, el mismo año de su muerte, y representan un grupo «que se presenta ante el espectador con una narrativa teatral y decididamente vital», indicó la firma. El mismo Muñoz, en una entrevista para el catálogo del museo Hirshom de Washington, describió en su día estas figuras como «siempre en movimiento y sin ir a ninguna parte».