El enésimo regreso de «The Rolling Stones» se hará oficial este martes con la emisión y publicación del documental «Exile on Main St.», que va adosado a una edición especial del disco del mismo título (obra cumbre de la banda de Mick Jagger y Keith Richards) y que incluye la reedición de los viejos temas del álbum además de una serie de piezas inéditas grabadas, aunque no publicadas, en los tiempos de elaboración del elepé, editado en su primera versión en 1972. De esas piezas inéditas ya hubo un adelanto el pasado 16 de abril con «Prundered my soul».

Del documental, que el miércoles se presenta en el Festival de Cine de Cannes, sale a la calle una versión remasterizada y digitalizada y otra en alta definición (HD), que también emite Canal Plus (martes, 15.30 horas).

A finales de los sesenta «The Rolling Stones» eran famosos, estaban muy alejados de los buenos modales y habían sido declarados enemigo público número 1. Pasaban por una fase «lisérgica», con rupturas personales y problemas financieros. Se fueron a la Costa Azul, a Niza, a una casa de «retiro». Se rodearon de amigos y amigas despampanantes y parieron un álbum que está en los altares de la historia del rock: «Exile on Main St.».

El documental plasma muchas de las cosas que se han contado durante todos estos años de aquella reunión, que fue tan creativa y de tanta orgía, que hasta este momento eran tenidas por meras leyendas urbanas.

Efectivamente, aquel tiempo de grabación era un tiempo convulso para la banda que reina en el rock desde hace décadas. Keith Richards andaba entre drogas, y los demás también llevaban sus «colocazos». Finalmente, aquella «juerga», que dio un hijo tan preciado, tuvo que pasar para su acabado por unos estudios de Londres y la barriada Main Street de Los Ángeles, que inspiró el título de tan genial producción. En el disco se nota la influencia de músicos tan ilustres y «stonianos» como Nicky Hopkins o Billy Preston. También un momento definitivo en la nómina del grupo, con la guitarra estable de Mick Taylor, instrumentista excelso que acabaría dejando la banda para el ingreso de Ronnie Wood.

De sus 18 canciones originales hay himnos que en su día dieron un nuevo respiro al rock pionero de la escena británica de la época, piezas como «Sweet Virginia», «Rock off» o «Shine a light» (por cierto, título del último filme sobre los «Rolling Stones»).