Oviedo, M. S. M.

Profesora de Historia del Arte de Asia Oriental de la Universidad Autónoma de Madrid, Isabel Cervera es una excelente conocedora del complejo funerario de Xian, que ayer se alzó con el premio «Príncipe de Asturias» de Ciencias Sociales. Durante la celebración en 2004 del Fórum Barcelona tuvo ocasión de participar en el catálogo de la exposición que se presentó sobre las figuras de terracota de Xian.

Como experta en arte chino, cree que una de las mayores contribuciones del complejo de guerreros es el hecho de que supone un cambio absoluto en la tradición anterior de enterramientos imperiales. «Es el primero con esta monumentalidad, con un volumen tan alto de representación de figuras humanas de terracota a tamaño natural, y la primera vez que se reproduce un ejército completo en un espacio funerario». La profesora señala que el yacimiento supone un punto de inflexión, porque a partir de ese momento continúa la tradición de enterramientos con amplio acompañamiento de figuras, pero ya son de menor tamaño y no incluyen únicamente representaciones del ejército, sino también otras escenas de la vida doméstica, agrícola...

Cervera asegura que los guerreros de Xian fueron realizados en moldes iguales, pero, para diferenciarlos, se individualizó el rostro de cada uno, ninguno es igual a otro. «Originalmente estaban pintados con colores vivos y ofrecían una visión más real, viva y colorista, pero durante la exhumación los pigmentos se desprendían con facilidad». El resultado es la uniformidad de color entre pardo y grisáceo que presentan en la actualidad.

Una de las curiosidades que señala es que el yacimiento no es la tumba del emperador. «El féretro imperial se encuentra a 15 kilómetros y estos guerreros protegían uno de los flancos». Para los dirigentes chinos, es un orgullo que sea un equipo propio el que realice las labores arqueológicas, aunque se trata de un gran proyecto con muchos más implicados, entre ellos algún equipo internacional.

El yacimiento de Xian «ha supuesto un revuelo en el conocimiento de la dinastía y supone un canto al nacionalismo y al poder de la figura china», destaca Isabel Cervera. Los guerreros, que fueron localizados por campesinos en las propias tierras de labranza, donde hay otras tumbas de dinastías posteriores, están además directamente relacionados con la gran transformación que sufrió la localidad en los últimos veinte años. «Ahora es el centro turístico más importante del país. En la zona del yacimiento se levantó uno de los museos más visitados de China y muchas de las figuras de terracota son también la atracción de distintos centros museísticos que se han abierto en otras localidades con el fin de dar a conocer este patrimonio.