La compleja y tensa relación entre Francia y Argelia por el pasado colonial llegó hoy a Cannes con "Hors-la-loi", un filme del realizador francés de origen argelino Rachid Bouchareb precedido por una fuerte polémica en su país de nacimiento.

Bajo acusaciones de "antifrancesa", la película se exhibió hoy en Cannes, donde fue bien recibida y donde su director mantuvo una actitud tranquila con la que intentó rebajar la tensión creada en Francia desde que se supo que el filme competiría en este festival.

Con estrictos controles de seguridad, los periodistas tuvieron hoy la oportunidad de ver un filme que cuenta la vida de tres hermanos desde que comienzan los primeros movimientos independentistas en Argelia en 1945, hasta poco antes de la independencia del país, en 1962.

Un filme que cuenta las masacres de argelinos a manos del ejército francés; la implantación del Frente de Liberación Nacional en Francia; la escalada de violencia en ambos países y el enfrentamiento interno entre los argelinos, a través de las diferentes posturas de los hermanos.

Una historia con la que Bouchareb quería crear un debate que permitiera pasar página al pasado colonial de Francia en Argelia, pero no provocar una protesta violenta.

"Estoy sorprendido porque quería abrir un debate en la serenidad, no poner en pie un enfrentamiento. La relación de pasado colonial entre Argelia y Francia es muy tensa, pero que esto suscite una tal violencia contra el filme es exagerado", afirmó hoy en rueda de prensa el realizador.

Al respecto aseguró que en Francia han dicho barbaridades personas que ni siquiera han visto la película.

"Algunos han tachado el filme de antifrancés, y no es verdad. No hay nada en la película que pueda confirmar esas falsas acusaciones de una minoría", dijo Bouchareb, que agregó que los espectadores que lo vean se darán cuenta de que "no tiene ninguna animosidad".

Una película con vocación de fresco histórico, que muestra las barbaridades cometidas tanto desde el lado francés como desde el argelino.

Por un lado, las masacres del ejército o la creación de una sección policial paralela -la Mano Roja- para acabar con el creciente movimiento independentista argelino en Francia.

Y por otro, la intransigencia de los primeros miembros del FLN con aquellos que no estaban de su lado, además de los asesinatos gratuitos que se cometen siempre en las revoluciones en nombre de la libertad o de la independencia.