Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

La gripe A se convirtió el pasado invierno en la mejor aliada de las personas mayores. Así lo indica un reciente informe de la Consejería de Salud del Principado, según el cual todo apunta a que la mortalidad entre la población de la tercera edad de Asturias disminuyó «considerablemente» durante la temporada epidémica con relación a años anteriores.

La Consejería aporta datos muy precisos al señalar que las tasas de gripe en la campaña que ahora concluye «se redujeron en un 7 por ciento en personas de 65-74 años, en un 63 por ciento en personas de 75-84 años y en un 52 por ciento en mayores de esa edad».

El citado informe de la Consejería es el primer balance que se difunde en la región referido al conjunto de la temporada gripal que ahora concluye. Una temporada para la que tantos pronosticaban unos efectos apocalípticos a causa de la irrupción del virus A/nH1N1, vaticinios que a la hora de la verdad no se hicieron realidad.

El estudio concluye que las tasas globales de gripe en el Principado no han sido muy elevadas. No obstante, «han superado en un 58 por ciento las de la temporada anterior 2008-2009»: 4.276 casos por cada 100.000 habitantes en la campaña que ahora termina, frente a 2.710 por 100.000 en la anterior. O sea, han sido unos 46.000 los asturianos que pasaron la gripe durante esta campaña y unos 29.500 en la pasada.

La entrada en escena del nuevo virus gripal ha suscitado una novedad sustancial. Y es que los casos de gripe «han estado concentrados en grupos poblacionales específicos: edades infantiles y juveniles, que han superado todos los niveles históricos, al menos en Asturias». El estudio desmenuza que las tasas han sido un 170 por ciento superiores en población de 5-14 años, un 127 por ciento superiores en el grupo de 1-4 años y un 50 por ciento superiores en personas de 15-24 años con respecto a las tasas acumuladas en esos mismos grupos en la temporada precedente. Sin embargo, en el colectivo que mayores tasas de gripe sufría habitualmente -los menores de un año-, las tasas de gripe han sido un 46 por ciento inferiores a las del año anterior.

El efecto de la gripe A en las personas mayores ya ha sido explicado en el inicio de esta información. Según el informe de la Consejería, «posiblemente» ese efecto «haya hecho que la mortalidad general se haya reducido considerablemente en esta temporada pandémica, dado que son éstas (la tercera edad) las personas que mayor riesgo tienen de fallecer con ocasión de la temporada gripal y, por tanto, son objeto de vacunación antigripal en cada temporada».

El estudio indica que «la inmensa mayoría de los casos de gripe en esta temporada han sido causados por el virus pandémico A/nH1N1, que sólo se ha visto reemplazado en los últimos meses por los habituales virus B característicos de la primavera».