Gijón, Á. C.

La presente edición del Festival de Cine de Gijón ha traspasado fronteras. Al proyecto «Puentes», destinado al desarrollo de producciones entre Sudamérica y Europa, se ha unido la programación durante el certamen de cuatro cortometrajes portugueses. Todos ellos se han incluido dentro de la sección titulada «Vila do Conde», mismo nombre del prestigioso festival luso en el que estas obras han sido ganadoras. «Siempre ha existido una fuerte conexión con Gijón y es para nosotros un honor que confíen en nuestro trabajo», señala orgulloso Miguel Días, director del «Vila do Conde».

Con más de 18 años a sus espaldas, «Vila do Conde» es uno de los certámenes dedicados al cortometraje más reconocidos del panorama europeo. «Hemos experimentado una gran evolución en los últimos años. Portugal vive una explosión de jóvenes creadores como Miguel Gomes que a través de los cortos están alcanzando un respeto internacional. Ya no vivimos sólo de un cine clásico como el de Manoel de Oliveira, se nota que las influencias de las nuevas generaciones de realizadores llegan desde varios puntos del mundo», señala Días. El director del «Vila do Conde» teme que la crisis pase factura a «la inversión en cine de las instituciones» y por eso reivindica aún más la importancia de los cortometrajes como «salvavidas de aquellos que no puedan asumir un presupuesto importante para un largometraje. El cortometraje también permite una mayor libertad al creador a la hora de trasladar sus ideas. No tiene por qué adaptarse a las exigencias de la industria». Un punto, el de la comercialización, en el que también colabora el certamen luso. «Hace casi diez años creamos una agencia de distribución para facilitar la difusión de todos aquellos autores que participan en nuestro festival. Me sorprende que en Asturias no se haya llevado a cabo», concluye.