Oviedo, P. Á.

«Un estudio que obra en poder del Insalud dice que el Hospital General corre el peligro de caerse en cualquier momento». Esta alarmante aseveración fue pronunciada en marzo de 2001 por Javier Amandi, a la sazón diputado regional del Partido Popular. La frase originó una considerable polémica y Amandi se ganó fama de irresponsable por pronunciarla.

Hoy, casi una década más tarde, puede darse por rigurosamente cierto que tal riesgo de derrumbe existió. Eso sí, no resulta posible determinar si el momento coincidía con el elegido por el controvertido ex dirigente del PP para suscitar la controversia. En efecto, la estructura del Hospital General de Asturias ha estado a punto de venirse abajo. Responsables de las intervenciones llevadas a cabo entonces recuerdan, como ejemplo, una noche en la que hubieron de actuar con urgencia en un pilar de los sótanos porque el peligro parecía inminente. Finalmente, y ante la acumulación de sustos, las autoridades sanitarias optaron por acometer una actuación integral que supuso el reforzamiento de la estructura del edificio desde el sótano hasta el tejado. Aunque los técnicos no se atreven a hablar de seguridades absolutas, se da por hecho que el edificio ofrece en la actualidad unos índices de seguridad más razonables.

¿Cuál es el mal que aqueja a la estructura del Hospital General de Asturias? Los rumores de aluminosis son muy antiguos. Ya cuatro o cinco años después de su puesta en marcha -que data de 1961- se hizo necesaria una primera actuación en el edificio. LA NUEVA ESPAÑA ha tenido acceso a un documento oficial del centro sanitario que cita un informe elaborado en octubre de 1971 por el Instituto Eduardo Torroja. En dicho informe se especificaba que la estructura del Hospital General «está estrictamente dimensionada para las cargas verticales, en el supuesto de que el hormigón tuviese una resistencia característica de 225 kilogramos por centímetro cuadrado, e insuficiente para esfuerzos horizontales producidos por el viento». El informe concluía sin eufemismos: «Se recomienda el refuerzo de la estructura».

Esta nítida prescripción viene recogida en otro informe elaborado en 1987 por el Centro de Análisis y Diseño de Estructuras (Cadesa), que añadía -según el documento oficial antes citado- que «la mayoría de los soportes tiene un coeficiente de seguridad a flexocompresión inferior a la unidad y recomienda el refuerzo inmediato de los mismos». Este estudio dio lugar al refuerzo de una serie de pilares en la zona central del Hospital General en las plantas sótano, baja y primera. Más tarde, se adoptó una solución más integral.