Oviedo / Gijón, P. R.

El ciudadano que quiera acercarse hoy a conocer o volver a visitar la obra de Evaristo Valle tiene dos opciones: el museo que lleva el nombre del pintor, en Gijón, que reúne en dos edificios y unos espléndidos jardines obras, objetos personales y documentos del artista, y el Museo de Bellas Artes de Asturias, en Oviedo, que guarda una colección de 54 obras, 16 de ellas expuestas.

Con motivo del 60.º aniversario de su muerte, el Bellas Artes ha incorporado a la sala, en la segunda planta del Palacio de Velarde, el dibujo «Bañistas en la playa», en el que puede verse a Julio Somoza paseando junto a los bañistas, y dos acuarelas, «Excavaciones romanas en el Campo Valdés» y «Cofradía acompañando un entierro».

El Museo Evaristo Valle inaugurará el próximo día 9 la exposición «La mirada de los artistas», sobre retratos de Valle realizados por otros pintores. Esta muestra se completará con otras dos sobre homenajes y dibujos y pinturas sobre el jardín.

Guillermo Basagoiti, su director, cree que Evaristo Valle es «un pintor absolutamente misterioso y, a pesar del esfuerzo del museo, injustamente reconocido». En 1986, cuando se expuso su obra en el Museo del Prado, se convirtió en el pintor más contemporáneo que había expuesto hasta entonces en la pinacoteca nacional. También se expuso su obra en el Museo de la Academia de San Fernando. Obras suyas continúan apareciendo, sobre todo en los Estados Unidos. Con 15.000 visitantes anuales y un programa educativo en el que participan anualmente unos 4.000 escolares, el museo gijonés sobrevive «con mucho esfuerzo y sin apoyo de la Consejería de Cultura», subraya Basagoiti.