Lo llaman sexting y es la moda de fotografiarse en actitud provocativa para enviar las imágenes a alguien de confianza.

Casi un 10% de los jóvenes de entre 10 y 16 años han recibido fotos algo sexys. Las intercambian por fanfarronería, por seducir o porque sus parejas se lo piden.

El problema viene cuando el que las recibe decide difundirlas entre amigos o colgarlas en internet. Además hay consecuencias legales.

Los menores que se fotografian y las difunden pueden ser acusados de producción y distribución de pornografía infantil y evitar así las secuelas psicológicas. La chica de Ohio que aparece en el vídeo no soportó la presión de saber que todos la habían visto desnuda y terminó suicidándose.