Gijón, Luján PALACIOS

Por su objetivo pasaron pastores de los Picos de Europa esquilando ovejas, madreñeros, cesteros, barrenderos del Mercado del Fontán, estibadores del puerto de El Musel cargando madera en los barcos, varas de hierba y otros objetos inanimados, como una curiosa bola de cristal o simples piezas de loza. Francisco Ruiz Tilve (1909-1988) fue uno de los más importantes fotógrafos de la posguerra en Asturias y retrató casi de todo, con notables juegos de luz, a la que «cortejaba durante horas».

Una muestra de esas imágenes permanece colgada en el Muséu del Pueblu d'Asturies de Gijón desde ayer y hasta el próximo julio, y en ella se refleja «su capacidad de selección de las cosas que quería retratar, y sobre todo, que no se trata de una fotografía convencional; es más bien atemporal y moderna para tratarse de un señor mayor», indicaban ayer en la inauguración sus hijos, Francisco Ruiz Arias y Carmen Ruiz-Tilve Arias, cronista oficial de Oviedo y colaboradora de LA NUEVA ESPAÑA.

Las imágenes que componen la muestra son en buena parte un reflejo de la vida cotidiana en la última mitad del siglo pasado, captadas por un Ruiz Tilve «fundamentalmente autodidacta» que se dedicó a la fotografía a partir de los años 40, tras estudiar arquitectura en Madrid y después de haber destacado por sus dotes como dibujante. En la foto encontró «una forma más inmediata de transmitir» de la que ya no se separó hasta su fallecimiento. La exposición también recoge las cámaras que usó Ruiz Tilve, y se ha editado un catálogo con las fotos.