Oviedo, E. G.

Son inteligentes, les atrae aprender y sienten curiosidad por los que le rodea. Pero casi todos tienen un inconveniente: no saben hablar en público.

La oratoria se aprende, pero el sistema educativo español le presta nula atención. «A la hora de exponer los trabajos nos daba vergüenza intervenir, es cierto», reconoce Darío de la Puente. «Trabajar con este tipo de alumnos es una gozada, pero lo que nos costó más trabajo es romper esa barrera para expresarse y para trabajar en equipo», señala el profesor José Luis Martínez. Cada grupo de alumnos estaba compuesto por una decena de personas, con tres monitores por grupo. El trabajo en grupo es otra de las asignaturas pendientes de un sistema que tradicionalmente ha preferido el individualismo.

Este primer año de «Profundiza» contó con tres programas. Entamar se centró en la creación de proyectos audiovisuales, empresariales y de cooperación con América Latina; Ciencia y Tecnología atendió a las TIC, y Ven x Más fue un programa de matemáticas creativas, diseñado en Asturias por la asociación Agustín de Pedrayes y exportado a todas las comunidades. En los tres casos funcionó la misma filosofía, dice Ángela Fernández: «enseñarles a razonar distinto, a trabajar juntos. Familias y chavales quedaron felices».