Gijón, J. L. ARGÜELLES

No está claro que el patronato de Laboral Centro de Arte y Creación Industrial, que se reúne el próximo lunes, fuera a renovar el contrato de la directora de una instalación que es, desde su inauguración el 30 de marzo de 2007, el gran referente asturiano de los nuevos lenguajes artísticos. Rosina Gómez-Baeza, con una trayectoria prestigiada por sus dos décadas al frente de Arco, no ha querido esperar para averiguarlo. Su marcha por decisión personal, confirmada por ella misma el pasado miércoles, abre numerosas incertidumbres sobre el futuro de un proyecto cultural que lleva su sello y del que la derecha siempre ha recelado al vincularlo al arecismo.

Los cambios en el patronato de la Fundación del Centro de Arte, derivados del vuelco electoral en Asturias y del previsible recorte económico en el generoso presupuesto de Laboral, han precipitado la renuncia de Rosina Gómez-Baeza, explicaron ayer fuentes próximas a ésta, más allá del debate sobre el contrato. La aún directora, que dejará su puesto el próximo día 15, fue la primera en felicitar al nuevo consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure, y aún el pasado abril manifestó a este periodista su intención de pelear por su propuesta. «No sé si con el próximo presidente tendré la misma sintonía que con Areces, pero sé luchar por las cosas», declaró.

El Gobierno de Areces aprobó 2,3 millones para el presupuesto de Laboral de este año, un 18 por ciento menos que en 2010. Todo apunta a que el Ejecutivo de Francisco Álvarez-Cascos no va a mantener la misma aportación. La Fundación tiene también participación de empresas privadas y públicas, desde HC o Alcoa, hasta el Puerto de Gijón. Tampoco está clara la continuidad del apoyo a la actual apuesta cultural del Centro de Arte. De momento, Benjamin Weil, principal colaborador de Gómez-Baeza, sigue como comisario jefe.