Oviedo, Cosme MARINA

Arkadi Futer, uno de los grandes nombres de la música rusa afincado en Asturias, falleció ayer en Gijón. La ceremonia de despedida se celebrará mañana, a las 12.30 horas, en el tanatorio de Cabueñes.

Nacido en Moscú en 1932, de familia de origen judío, Arkadi Naumovitch Futer se convirtió en una figura clave en el mundo de la música asturiana, hacia cuyo magisterio se tenía gran respeto y admiración desde su llegada al Principado con los «Virtuosos de Moscú». Futer se integró en la vida musical de la comunidad y fue un intérprete clave por su gran aportación al desarrollo de la vida musical de la región, especialmente desde que en 1999 pasó a ser concertino de la orquesta Oviedo Filarmonía (entonces Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo), de la que era miembro desde su fundación.

Cuando contaba con 7 años de edad, su familia fue evacuada desde Moscú hasta Kiev, ciudad en la que empezó a estudiar música con Nina Dulova. Posteriormente, ya en 1943, regresa a Moscú, donde continúa su formación académica. A comienzos de la década de los cincuenta ingresa en el Conservatorio Chaikovski (donde se graduaría con las máximas calificaciones) y más adelante contrae matrimonio con la violinista Frida Poliakina (actualmente miembro de Oviedo Filarmonía). De sólida formación técnica, es heredero de la gran tradición musical de su país, con profesores como Yuri Yankelevitch, que también lo fue de otros grandes violinistas, como Vladimir Spivakov y Boris Belkin.

Al término de su formación empieza a trabajar en la Orquesta Cinematográfica de la URSS y en una de sus actuaciones como solista el director de la Orquesta de la Radio de Moscú le contrata para ser concertino y solista de la prestigiosa formación durante varios años. También lo sería de la Filarmónica de Moscú. En 1979 Vladimir Spivakov crea una de las formaciones que más recorrido internacional han tenido en las últimas décadas, los «Virtuosos de Moscú» y Arkadi Futer fue su concertino, cargo que conservó hasta que se integró en Oviedo Filarmonía. Junto a los «Virtuosos» ha dejado una importante discografía, y en 1998 fue galardonado como «Artista del pueblo» de la Federación Rusa. También cultivó la música de cámara, formando parte de cuartetos como el que lideraba Spivakov o el Cuarteto de Radio de Moscú. En su dilatada trayectoria trabajó con los grandes directores y solistas de mayor relevancia internacional.

Según destaca Beatriz Montes, que fue durante muchos años la gerente de «Virtuosos de Moscú», Futer ha sido, además de un excepcional músico, «una persona de gran corazón, mayor incluso que su capacidad artística si cabe. Puedo asegurar que era el más querido de los miembros de la orquesta. Generoso y cariñoso, enemigo de trifulcas, era la sensatez y la discreción personificadas». Según explica Montes, «durante su estancia en Asturias, desde la llegada de los "Virtuosos" en 1990, vivió junto con su familia en Gijón, siempre al lado del mar, ya que le gustaba mucho pasear por el muro de San Lorenzo entre gira y gira cuando formaba parte de los "Virtuosos" y tras sus jornadas de trabajo en Oviedo en Oviedo Filarmonía». Su único hijo, Mirón Futer, falleció hace casi quince años en dramáticas circunstancias, quedando Arkadi y su esposa Frida a cargo de su nieta, Vera Futer, licenciada en Musicología por la Universidad de Oviedo.