Oviedo, M. S. M. / P. R.

José Naveiras, «Pepe el Ferreiro», afronta la nueva etapa que se abre para el Museo Etnográfico de Grandas de Salime con calma. «Estoy tranquilo, confío plenamente en los responsables de Cultura y me alegro de que por primera vez en muchos años esté en manos de gente de bien».

Más sosegado de lo que es habitual en él, Naveiras no quiere soltar exabruptos «ni calificar a personas a las que el cargo les ha quedado grande». En estos momentos sólo tiene palabras de agradecimiento para el actual consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure, y para el director general de Patrimonio, Juaco López, que han sabido «llevar las aguas a su cauce cumpliendo con la normativa y alejados de caciquismos». Tampoco quiere olvidarse de «todas las personas que me han mostrado su apoyo».

«En la génesis del museo, Emilio fue el que me ayudó a salir de los baches, es un buen conocedor de todo lo que se consiguió y por eso me alegro de que esté ahí, y no sólo por mí, porque yo ya pensaba jubilarme, ya iba a dejarlo».

Ahora el Ferreiro se pone a disposición de los responsables de Cultura: «Estoy a su disposición, y a Emilio le agradecí que pensara en mi persona para ayudar. Estaría guapo, después de la confianza que me han demostrado, que les fuera a defraudar. No voy a hacer nada sin que me lo comuniquen, no voy a imponer nada, son ellos los que tienen que decidir».

Naveiras fue destituido hace un año y medio e inmediatamente se le prohibió la entrada en el museo, lo que le impidió recoger sus cosas, entre las que figuran agendas y escritos de muchos años. Ahora espera poder recuperarlo. «Esperemos que esté todo allí y que no falte nada». No le gustaría que se hiciera con su sucesor lo mismo que con él. «Si por mí fuera, que se tome todo el tiempo que necesite para recoger, yo no voy a decir que deje sus pertenencias allí, como hicieron conmigo». De la decisión de sustituir a Francisco Cuesta únicamente opina para referirse a la sentencia que declara nulo su nombramiento. «A cada uno lo ponen en su sitio cuando toca». Dicho esto, se anima y añade que «con un precedente como el suyo -en alusión a lo sucedido en la Campa Torres- no está habilitado para hacer ninguna cosa». Sobre la labor realizada en su ausencia se muestra un tanto escéptico. «Cada vez que hablan de inauguración me pregunto qué inauguran. Es posible que hicieran milagros, pero si son como los de Gijón no son para alabarse mucho».

Muy distinta es la forma de ver las cosas del alcalde de Grandas de Salime, el socialista Eustaquio Revilla, el único que durante la reunión del consorcio que gestiona el museo votó en contra de la destitución del actual director.

Francisco Cuesta está en China de vacaciones, Eustaquio Revilla habló ayer por la mañana con él. «Él ya sabe que lo han destituido», declaró a LA NUEVA ESPAÑA. Este periódico intento sin éxito a lo largo del día de ayer ponerse en contacto con él.

Revilla cree que debía incorporarse a su trabajo el próximo día 27. Esa incorporación depende ahora de la Consejería de Cultura, que legalmente puede optar por dos formas de proceder para apartarlo del cargo: comunicarle la decisión con varios días de antelación o indemnizarlo. El Pleno del Ayuntamiento de Grandas, en el que el PSOE tiene 6 concejales; el PP, 2, y Grandaleses cuenta con 1, tratará el asunto mañana.

Sobre la decisión manifestada el lunes por Marcos Vallaure de contar con Pepe el Ferreiro como figura para colaborar con el museo, Revilla afirma: «En primer lugar, habrá que ver lo que proponen; he de decir que como gestor del museo mi opinión es muy clara, y por eso voté a favor de su destitución. Como asesor de determinados asuntos, pues, bueno, lo valoraré en los términos en los que se plantee».