Director de actividades de Laboral Centro de Arte

Gijón, J. L. ARGÜELLES

Acaba de ser confirmado por el patronato de la Fundación Laboral Centro de Arte y Creación Industrial, que preside Emilio Marcos Vallaure, consejero de Cultura del Principado, para dirigir el proyecto artístico de la gran referencia de la vanguardia en Asturias. Benjamin Weil (París, 1962) analiza en esta entrevista las claves de una instalación que ha estado bajo el foco de la polémica durante meses.

-Enhorabuena. Ha sido confirmado al frente del Centro del Arte, pero ¿en calidad de qué?

-Hace algo más de dos años gané el concurso público para la plaza de director de actividades, lo que ocurre que se me presentó como comisario jefe. Tras la marcha de Rosina Gómez-Baeza, el consejero de Cultura ha optado por restablecer el puesto oficial. Antes había una directora gerente, que era Rosina, una plaza que no se cubrirá por el ajuste económico. Lucía García, que era coordinadora, asume la gerencia. Tendré más responsabilidad al encargarme de la programación; también colaboraré con Lucía en la búsqueda de nueva financiación y en la reorganización de las dieciocho personas que formamos el equipo de Laboral. Rosina dejó un grupo de una calidad extraordinaria.

-Usted ha trabajado estrechamente con Rosina Gómez-Baeza. ¿Dimitió forzada por las circunstancias?

-Debería explicarlo ella. Ha hecho un trabajo fantástico en muy poco tiempo y con escaso dinero. Ha desarrollado una gran infraestructura, por lo que será más fácil trabajar con menos presupuesto.

-¿El equipo rector de la Fundación Laboral fue poco elegante con Gómez-Baeza? Se dijo que fue destituida, cuando ella había presentado la dimisión.

-Me parece que coinciden las dos cosas. No sé exactamente y es complicado hablar de esto, pero parece que ella se dio cuenta de que sería muy complicado trabajar en las nuevas circunstancias. Fue un período un poco confuso.

-El pasado jueves presentó a la Fundación Laboral un plan de trabajo. ¿Qué queda del viejo proyecto y qué novedades hay?

-Queremos facilitar y mejorar el acceso al centro, acabar con cierta imagen de aislamiento, al estar a las afueras de Gijón. Hay, además, otro problema: existe la percepción de que hacemos cosas complicadas, que no se pueden disfrutar. Y es verdad que no somos un centro clásico, que damos visibilidad a nuevas formas de cultura -la vanguardia- relacionadas con la influencia de las tecnologías en el trabajo de los artistas. En este sentido, vamos a poner en marcha algunas iniciativas para facilitar esa comprensión. En nuestra última exposición («Estación experimental») ya hemos incorporado una sala de interpretación. Queremos que esta sala sea permanente e irá, casi seguro, en el espacio que ahora ocupa nuestra tienda, que no podemos mantener abierta por falta de personal. La idea es atraer y atender al público, algo que, posiblemente, faltaba un poquito. Tenemos que crear un poco de curiosidad y mostrar que estamos al servicio de la sociedad.

-El Gobierno del Principado parece que les exige asturianizar más Laboral. ¿Ese planteamiento choca con el proyecto que han defendido hasta hora?

-Puede que haya un malentendido. Nuestros patronos saben que hemos respaldado mucho a los artistas asturianos. Lo que hemos de hacer, quizás, es darles un apoyo más práctico. En 2012 vamos a traer comisarios jóvenes, en colaboración con la Universidad de Cataluña; serán residentes que conocerán la riqueza de nuestra escena, un conocimiento que podrán trasladar y mostrar fuera. Asturias es importante, pero lo será más si sus artistas son conocidos fuera.

-¿Qué nivel tienen los nuevos artistas asturianos?

-Hay artistas de buena calidad, igual que en otras partes del mundo, pero los que pueden crecer tienen que saber lo que se hace fuera. Nosotros tenemos un programa de ayuda a la producción, que recoge este planteamiento. Queremos ser una plataforma de intercambio. Mi idea es que debemos potenciar, por ejemplo, el LEV Festival.

-¿Habrá una sala específica para el arte asturiano?

-Sí, así es. Ofrecemos, también, un archivo de artistas asturianos, que cada vez tiene mayor demanda. Queremos darle un carácter aún más abierto: cine, música... Un recurso multimedia que pondremos a disposición de los comisarios que vengan a Asturias.

-Laboral es visto por muchos asturianos como un centro elitista. ¿Esa imagen es un lastre?

-Quizás haya un problema de percepción, porque no hay nada de ese elitismo. De ahí que planteemos la necesidad de acercar nuestra imagen al público y de explicarnos mejor. Es un arte nuevo y, por eso, puede ser percibido erróneamente como elitista. Dejar lo que estamos haciendo sería negar la razón de ser del centro. Quizás hoy haya dificultades para entenderlo, pero estamos creando el patrimonio cultural del mañana. ¿Cuánto tardaron los impresionistas o Picasso en ser entendidos? Mucho tiempo. Lo que debemos hacer es crear puentes.

-Vallaure ha anunciado un recorte, aún sin cuantificar, en Laboral. ¿Podrá mantener el actual nivel expositivo con menos de 2,3 millones? Será difícil competir con centros que tienen un presupuesto cuatro veces superior...

-Vamos a intentarlo. Hay cinco líneas de trabajo; para un proyecto estamos buscando apoyo del Gobierno canadiense. El momento es complicado por la situación económica, pero vamos a ver cómo logramos apoyo de los patronos. El respaldo del Consejero es completo. Veo en él curiosidad por entender el proyecto; la sintonía se construye.