Gijón, C. J.

Con el ánimo de superar el carácter efímero que acompaña a las obras musicales, el Conservatorio de Música Profesional de Gijón y el teatro Jovellanos se han unido en una actividad conjunta para que las familias y los escolares de Gijón vivan la música «con todas las células de su cuerpo».

El espectáculo, titulado «Piccolo, saxo y compañía», se desarrollará el próximo domingo y lunes -a las 12.00 y 10.30 horas, respectivamente- y en el mismo tomarán parte la orquesta sinfónica del Conservatorio y su coro de voces blancas. La coordinadora de esta actividad, Ana María Pérez, realizó ayer un relato musicado acerca del recital: «Es una historia de amistad que ayudará a descubrir un idioma más, la música, que es un lenguaje universal». Además, señaló, los niños descubrirán «muchas familias de instrumentos».

Tal es el éxito de estos conciertos didácticos, que el director de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio, Antonio Rivera, atribuye el «incremento espectacular» de matrículas en el centro en los dos últimos años al trabajo desarrollado por Ana María Pérez. «Son de agradecer su valentía y su talento», detalló Rivera, quien confesó que obras como ésta acaban por «hacernos aprender a todos». En la puesta en escena se trabajan principalmente la curiosidad, el tesón y la labor de equipo.

El cuento musical «Piccolo, saxo y compañía» reunirá sobre el escenario del Jovellanos a un centenar de jóvenes músicos de 10 a 18 años, entre el coro y la orquesta. «Nos va a hacer cantar y bailar a todos; va a ser una fiesta espectacular», anunció Rivera. La obra ofrece también materiales didácticos a los docentes para que luego puedan plantear actuaciones similares en las aulas cubriendo «otras áreas transversales», indica Ana María Pérez. Es tal la buena acogida que tiene, que el pasado septiembre, cuando se abrió la inscripción para que los centros educativos de la ciudad pudieran confirmar su asistencia a la sesión para escolares, se cubrieron todas las plazas e, incluso, se abrió lista de espera.