Nueva York, Agencias

La aprobación de la SOPA y la PIPA obligará a las compañías de internet a bloquear el acceso a las páginas que permitan descargas ilegales y prohibirá a los anunciantes colgar su publicidad en estas webs. Además, en caso de que haya litigio, la carga de la prueba recaerá sobre el distribuidor de contenidos, en vez de sobre el denunciante.

Estos proyectos son dos de las iniciativas legislativas más impopulares impulsadas por el Congreso de Estados Unidos en los últimos años. Ambas normas buscan combatir agresivamente la difusión no autorizada de material protegido con copyright a través de la red de redes.

Desde 1998, la ley que perseguía la piratería en Estados Unidos era la denominada Digital Millenium Copyright Act, que obligaba a retirar el material ilegal a las páginas web que hacían uso del mismo, pero no tenía competencia sobre lo que fuese publicado desde otros países, informa «Efe».

Ahora, y si la SOPA es aprobada antes del próximo martes, fecha tope para que reciba «luz verde», cualquier sitio web (independientemente del lugar en el que se encuentre) se expone a ser sancionado si permite el alojamiento de contenidos ilegales.

La norma establece, además, que los servidores también serán sancionados si mantienen, aunque sea por un breve espacio de tiempo, a las webs con contenidos con derechos de autor.

Todo ello obligaría a diversas webs a activar mecanismos de autocensura y a filtrar la actividad de sus usuarios para evitar que incumplan la norma, lo que acarrearía el cierre de la página. Es decir, una vigilancia extrema y la limitación de libertad en internet.