Ángel, un gijonés de 45 años que hoy ha recibido el alta hospitalaria dieciséis días después de un trasplante de antebrazo, ha agradecido a la familia del donante y a los cirujanos el "milagro" y ha descrito: "Cuando lo vi quedé alucinado, por fin tengo ya una mano, fue impresionante".

Ángel era soldador y hace cuatro años perdió los dos brazos al tocar un cable de alta tensión mientras trabajaba en la central térmica de La Felguera, según ha recordado en una rueda de prensa en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

En este hospital lograron la noche del 31 de enero al 1 de febrero -durante unas once horas de intervención quirúrgica con dieciocho cirujanos dirigidos por el doctor Daniel Camporro- el cuarto trasplante de extremidad superior en España, tras dos que hizo Pedro Cavadas en Valencia y otro en Barcelona.

"Poder rascarme la cara o el pelo, cosas de éstas normales que todo el mundo no lo mira, para mí es un mundo", ha expuesto Ángel al pensar en lo que podrá volver a hacer.

Camporro ha explicado que, si la evolución continúa siendo positiva, dentro de tres o cuatro meses tendrá mínimos movimientos de presa en los dedos y dentro de diez o doce meses sensibilidad y pequeños movimientos de mano.

En la rueda de prensa, Ángel ha reiterado sobre todo agradecimientos.

Así ha comenzado: "Quiero dar las gracias de corazón a la familia del donante, es lo que más tengo en el corazón; segundo dar las gracias a estos profesionales que han conseguido un milagro para mí, a los cirujanos, a los enfermeros de planta, y tercero (agradecer) el apoyo de mi familia incondicionalmente".

Ángel no conoce a la familia del donante (un varón de 44 años que murió en Asturias), pero ha insistido en que les llegue su mensaje: "Gracias eternamente de corazón".

Ha añadido "un llamamiento a que todo el mundo se haga donante", porque permite que "una parte tuya siga viviendo", y ha asegurado que él estuvo a favor de las donaciones "de toda la vida".

"Me encuentro muy bien y con mucho ánimo", ha afirmado Ángel, que ha acudido al encuentro con los periodistas con su brazo izquierdo vendado y en una silla de ruedas empujada por su mujer.

Su familia está "supercontenta", ha dicho el paciente, tras explicar que sus padres murieron recientemente y que sólo tiene a su mujer y a un hermano, aparte de los parientes de ella.

Y quiere volver a tener movilidad en una mano "para ayudar también".

A finales de octubre acabó la tramitación para estar disponible para el trasplante, donación que llegó tres meses después, cuando él pensaba "que iba a tardar más".

Ha recordado que no fue fácil decidirse a un trasplante, por "volver a meterse en lo mismo", en el hospital, pero que analizó "pros y contras" y recibió "todas las facilidades del mundo" por los equipos médicos, así como le convenció la experiencia de pacientes trasplantados a quienes les ha ido bien.

El cirujano Camporro ha indicado que tras el alta hospitalaria de hoy Ángel seguirá con rehabilitación y fisioterapia, además de controles por el servicio de nefrología (del tratamiento inmunosupresor antirrechazo) y por el servicio de cirugía plástica, que le realizará biopsias de piel para prevenir problemas.

La anastomosis de los vasos sanguíneos se hizo por encima del codo.

El director médico del HUCA, Francisco Vadillo, ha subrayado que "un sueño se ha hecho realidad" merced a "la labor de muchos profesionales" y que "Ángel ha abierto las esperanzas a otras muchas personas".

EFE